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Internacional

Reacción poselectoral de Trump preocupa al Pentágono

Los altos líderes del Pentágono tienen muchas preocupaciones: Afganistán, Rusia, Irak, Siria, Irán, China, Somalia y la península coreana. Pero una de sus principales inquietudes es si su comandante en jefe podría ordenar que los soldados estadounidenses participen en un posible caos en torno a las próximas elecciones.

El presidente Donald Trump no tranquilizó a los funcionarios cuando el miércoles se negó, una vez más, a comprometerse a llevar a cabo una transferencia pacífica del poder, independientemente de quién gane la elección. El jueves, le echó más leña al fuego cuando dijo que no estaba seguro de que las elecciones fueran a ser “limpias”. Sus conjeturas, junto con la intención que manifestó en junio de acogerse al Acto de Insurrección de 1807 para enviar soldados en servicio activo a las calles del país a sofocar las manifestaciones originadas por el asesinato de George Floyd, han despertado gran preocupación entre los altos mandos del Ejército y los líderes del Departamento de Defensa, quienes aseguran que harán todo lo posible por no inmiscuir a las fuerzas armadas en las elecciones.

“Creo firmemente en el principio de un Ejército estadounidense apolítico”, señaló el general Mark A. Milley, presidente de la Junta de Jefes del Estado Mayor, en sus respuestas por escrito a las preguntas que publicaron el mes pasado los legisladores de la Cámara de Representantes. “En caso de controversia sobre alguna cuestión relacionada con las elecciones, se requiere, por ley, que los tribunales y el Congreso de Estados Unidos resuelvan cualquier polémica, no el Ejército estadounidense. No preveo ninguna participación de las fuerzas armadas en este proceso”.

Sin embargo, eso no ha frenado el debate cada vez mayor dentro del Ejército acerca de su papel en caso de que unas elecciones controvertidas dieran lugar a conflictos civiles.

El 11 de agosto, John Nagl y Paul Yingling, oficiales retirados del Ejército y veteranos de la guerra de Irak, publicaron una carta abierta a Milley en el sitio web Defense One. “Es posible que en unos cuantos meses tenga que elegir entre desafiar a un presidente anárquico o traicionar su juramento ante la Constitución”, escribieron. “Si Donald Trump se rehúsa a dejar el cargo cuando termine su mandato constitucional, el Ejército de Estados Unidos debe retirarlo por la fuerza y usted tiene que dar esa orden”.

Los funcionarios del Pentágono de inmediato dijeron que esa conclusión era absurda. Señalaron que bajo ninguna circunstancia el presidente de la Junta de Jefes del Estado Mayor enviaría a los Equipos Tierra, Mar y Aire de la Armada ni a los marines a sacar de la Casa Blanca a Trump. Los funcionarios del Departamento de Defensa afirmaron que, de ser necesario, esa tarea le correspondería al Servicio de Alguaciles de Estados Unidos o al Servicio Secreto. Los funcionarios señalaron que, por ley, el Ejército jura ante la Constitución, no ante el Presidente, y ese juramento significa que el comandante en jefe del Ejército es quien preste juramento a las 12:01 el día de la toma de posesión.

No obstante, algunos altos dirigentes del Pentágono, que hablaron con la condición de mantener su anonimato, reconocieron que estaban hablando entre ellos sobre qué hacer si Trump, quien seguirá siendo presidente desde el día de las elecciones hasta la fecha de la toma de posesión, recurre al Acto de Insurrección e intenta enviar soldados a las calles, como amenazó con hacerlo durante las manifestaciones contra la brutalidad policial y el racismo sistémico. En ese momento, tanto Milley como el secretario de Defensa, Mark Esper, se opusieron a la medida, y Trump reculó.

Varios funcionarios del Pentágono comentaron que si se ordenaba que los soldados salieran a las calles en el momento de las elecciones, tal vez renunciarían muchos de los generales sénior de Trump, comenzando con Milley, el más alto.

Los funcionarios mencionaron que tampoco era probable que el jefe de personal de la Fuerza Aérea, el general Charles Q. Brown, aplaudiera ni acatara esa orden. Durante los días posteriores al asesinato de Floyd a manos de la policía, Brown publicó un video extraordinario en el que hablaba en términos profundamente personales sobre su experiencia como una persona negra en Estados Unidos, su trato inequitativo en las Fuerzas Armadas y las protestas que prevalecían en el país.

“Hago una reflexión sobre las protestas en mi adorado país, dulce tierra de libertad, en la igualdad formulada en nuestra declaración de Independencia y en la Constitución que he jurado respaldar y defender en mi vida adulta”, señaló Brown. “Hago una reflexión sobre una historia de problemas raciales y sobre mis propias experiencias que no siempre fueron un canto de libertad e igualdad”.

Las manifestaciones y confrontaciones violentas ocasionales, entre ellas una del mes pasado en Portland, Oregon, que resultó mortal, y una de esta semana en Louisville luego de que un gran jurado de Kentucky se negara a acusar a ningún oficial por la muerte de Breonna Taylor, han seguido enturbiando al país y están aumentando la inquietud en el Pentágono.

“El principal temor es que Portland está fuera de Broadway y que en Broadway sucedería algo”, comentó Derek Chollet, quien fue secretario adjunto de Defensa durante el gobierno del presidente Barack Obama. “La impresión es que ahí habrá muchas chispas y que Trump no está haciendo nada para que no sean más explosivas”.

Dentro del Pentágono, cuyos dirigentes suelen hacer planes, los funcionarios del Departamento de Defensa dijeron que no ha habido preparativos para que las Fuerzas Armadas actúen durante las elecciones.

“Lo que deberían estar planeando es cómo evitar tener alguna participación”, señaló Devin Burghart, presidente del Instituto de Investigación y Educación para los Derechos Humanos y experto en movimientos nacionalistas blancos.

La confrontación en la plaza Lafayette, cerca de la Casa Blanca, en junio representó para el Departamento de Defensa lo cerca que estuvo el Ejército de ser empujado a participar en una crisis política interna. Los helicópteros del Ejército y los miembros armados de la Guardia Nacional patrullaron las calles junto a los agentes federales con uniformes antimotines a fin de que el presidente, flanqueado por Esper y Milley, pudiera caminar por la plaza para sostener una Biblia frente a la Iglesia Episcopal de San Juan. Los miembros y exintegrantes de las fuerzas armadas estaban furiosos.

“Ayer me dio asco ver al personal de seguridad —incluidos miembros de la Guardia Nacional— abrirse paso a la fuerza y con violencia por la plaza Lafayette para que el presidente pudiera llegar a la iglesia de San Juan”, escribió en The Atlantic el almirante Mike Mullen, presidente de la Junta de Jefes del Estado Mayor durante los gobiernos de George W. Bush y Obama.

Ambos hombres, pero en especial Milley, fueron tan severamente criticados por los exdirigentes del Ejército y del Pentágono por participar en ese recorrido, que pasaron los días posteriores haciendo un extenso control de daños.

Esper celebró una conferencia de prensa extraordinaria en la que se desligó del Presidente y dijo que no se debería mandar a los soldados en servicio a sofocar las manifestaciones. Los colaboradores comentaron en ese momento que sus palabras enojaron tanto a Trump que tuvieron que convencerlo de que no lo despidiera.

Milley se disculpó públicamente por ese recorrido en el parque. “No debí estar ahí”, señaló en una videoconferencia para la Universidad de Defensa Nacional. Su disculpa también enfureció a Trump.

Por el momento, ambos aún conservan su puesto. El jueves, el general reiteró su postura sobre mantener al Ejército ajeno a las elecciones de 2020 cuando exhortó a los funcionarios de Estados Unidos de todo el mundo a “mantener la Constitución cerca de su corazón”.

Con información de The New York Times

Internacional

Michael Cohen confiesa que robó miles de dólares al expresidente de EU

El exabogado de Donald Trump, Michael Cohen, admitió este lunes 20 de mayo que robó miles de dólares de la compañía del expresidente, mientras los abogados de Trump trataron de poner en duda la credibilidad de Cohen en el juicio que se le sigue al exmandatario por acusaciones de que pagó para tapar noticias desfavorables.

El histórico juicio se reanudó hoy con el interrogatorio a Cohen, cuyo testimonio la semana pasada vinculó al expresidente directamente con la trama por la que se le acusa. Los abogados de la defensa ya han cuestionado a Cohen sobre su historial judicial y mentiras pasadas, a fin de retratarlo como un mentiroso empedernido que solo busca vengarse de Trump.

Presionado por el abogado Todd Blanche, Cohen admitió que tomó dinero que debía ser parte de un reembolso de 50 mil dólares a una compañía tecnológica, por lo que admitió que le dio a la compañía solo 20 mil dólares.

“Así que usted le robó a la Organización Trump”, dijo Blanche.

“Sí, señor”, respondió Cohen, añadiendo que nunca le reembolsó a la compañía de Trump. Cohen nunca ha sido acusado penalmente de robarle a la compañía.

Es el último testigo de la fiscalía y no está claro si la defensa de Trump llamará a algún testigo y mucho menos si el virtual candidato presidencial republicano subirá al estrado.

Con información de AP

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Internacional

Flota de aviones de Irán es de las más viejas del mundo

El accidente de helicóptero en el que murió Ebrahim Raisi, presidente de Irán, es el último recordatorio del mal estado de muchas aeronaves que operan en la República Islámica después de casi medio siglo de sanciones estadounidenses.

A Irán se le ha prohibido comprar nuevos aviones o componentes de aviones de proveedores estadounidenses o europeos desde la revolución de 1979, lo que dejó a los operadores militares y civiles aislados de empresas líderes del mercado como Boeing y Airbus, y los hizo dependientes de vehículos reparados de épocas anteriores.

Las aerolíneas iraníes operan algunos de los aviones más antiguos del mundo, con una antigüedad promedio de flota de más de 25 años. Algunos servicios nacionales son operados por modelos que llevan mucho tiempo retirados en el resto del mundo, incluidos el McDonnell Douglas MD-83 y los Airbus A300 y A310.

McDonnell Douglas fue adquirida por Boeing hace unos 27 años.

¿Qué sabemos del helicóptero en el que viajaba Ebrahim Raisi?

De acuerdo con la BBC, la aeronave en la que murió Raisi era un helicóptero Bell 212, un modelo estadounidense que entró en servicio por primera vez en 1968 y dejó de fabricarse en 1998.

Otro Bell 212 iraní se estrelló en el Golfo Pérsico en 2018 durante un puente aéreo de emergencia para un trabajador petrolero en alta mar, según el sitio web del Ministerio de Petróleo iraní.

Alemania se había estado preparando para ayudar a mejorar la flota de helicópteros de Irán después del acuerdo nuclear de 2015 con Estados Unidos que alivió brevemente las sanciones. Pero esos nuevos suministros nunca se materializaron cuando el pacto fracasó bajo la administración de Donald Trump.

Como resultado, Irán vuela algunos de los helicópteros más antiguos y básicos que aún están en uso y depende de las habilidades de sus ingenieros para encontrar formas de mantenerlos en funcionamiento con acceso limitado a nuevos materiales.

Si bien lo más probable es que Irán obtenga algunos suministros de Rusia y China, tiene un acceso extremadamente limitado a la tecnología más moderna producida en Estados Unidos y Europa.

Ebrahim Raisi regresaba de un evento en la frontera con Azerbaiyán en un grupo de tres helicópteros cuando su nave cayó con nueve personas a bordo, todas las cuales murieron. Había una densa niebla en la región, lo que dificultaba las condiciones para los equipos de rescate. Los otros dos helicópteros aterrizaron sanos y salvos.

Con información de Bloomberg

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Internacional

Corte Penal Internacional va tras Benjamin Netanyahu y líder de Hamás por crímenes de guerra

Por el ataque de Hamás del 7 de octubre y la forma en la que el gobierno de Benjamin Netanyahu respondió, con eso tuvo la Corte Penal Internacional para solicitar las respectivas órdenes de aprehensión.

De acuerdo con medios internacionales, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, así como el líder de Hamás, Yahya Sinwar, son acusados de crímenes de guerra, así como crímenes en contra de la humanidad. Así que es cuestión de que se apruebe la solicitud, ir por ellos, detenerlos y que ajusten cuentas.

Lo anterior fue confirmado por CNN, medio que tuvo en entrevista al jefe fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan. Según el funcionario, las órdenes de aprehensión no son sólo para Benjamin Netanyahu y el líder de Hamás, también deben responder el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, así como dos altos dirigentes de la organización paramilitar palestina.

El mundo quedó conmocionado el 7 de octubre cuando la gente fue arrancada de sus hogares, de sus dormitorios en diferentes kibutzim… la gente ha sufrido enormemente”, lamentó el funcionario de la Corte Penal Internacional, en referencia al ataque que ejecutó Hamás contra Israel, el cual detonó la guerra en Gaza.

Por su parte, Israel ha tratado de “exterminar” a la población palestina, usando la hambruna como “método de guerra”.

La Corte Penal Internacional ven al primer ministro de Israel y sus allegados como responsables de que suministros y ayuda humanitaria no lleguen a la región en guerra y, sobretodo, de atacar deliberadamente a civiles.

“Estos actos exigen responsabilidad”, señaló el fiscal de la Corte Penal Internacional, órgano que, por primera vez, va por un dirigente apoyado por Estados Unidos. Ir contra el líder de Hamás no es novedad, pero pedir orden de arresto contra Benjamin Netanyahu, eso sí es novedad.

De acuerdo con CNN, lo solicitud del principal fiscal de la Corte Penal Internacional será analizada por jueces. Cabe aclarar que esto no tiene que ver con el proceso por genocidio que enfrenta Israel ante la Corte Internacional de La Haya.

Con información de Sopitas

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