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EU, China, Rusia y los otros países en la carrera por regresar a la Luna

Desde mediados de los 50 y hasta finales de los 80 el mundo fue testigo de la carrera espacial entre Estados Unidos y la entonces Unión Soviética.

Ambos países lucharon por ser los primeros en explorar el espacio con satélites pero, sobre todo, enviar humanos a la superficie de la Luna. Y ahora la meta en la carrera es regresar, conquistar el Polo Sur y conocer los recursos que se pueden explotar.

Desde hace algunos años, países como Estados Unidos, China y Rusia están desarrollando proyectos para volver a pisar la superficie de nuestro satélite natural y no solo eso, sino también acelerar la exploración y una eventual colonización.

Los planes que más suenan son, los de Estados Unidos con el Programa Artemis.

Se trata de un programa internacional espacial liderado por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) junto con empresas privadas de vuelos espaciales de Estados Unidos y la Agencia Espacial Europea, la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial, la Agencia Espacial Canadiense, la Agencia Espacial de Israel y la Agencia Espacial Australiana, en colaboración con otros países.

“Regresaremos a la Luna en busca de descubrimientos científicos, beneficios económicos e inspiración para una nueva generación de exploradores: la Generación Artemisa“, explica la NASA.

El proyecto a largo plazo de la Agencia Espacial de Estados Unidos es construir un campamento base Artemisa en la superficie de la Luna, así como un orbitador lunar llamado Gateway.

La misión Artemis I ya ocurrió: la nave Orión orbitó la Luna y más allá, con un Snoopy a bordo, para luego regresar con éxito a la Tierra. Artemis II llevará a 4 astronautas a orbitar el satélite natural (2024) y el objetivo de Artemis III (2025) es pisar la superficie, de nuevo.

En noviembre del año pasado la NASA anunció la entrega de un contrato a la empresa ICON para desarrollar tecnología que permita construir en la Luna.

En una conferencia de prensa sobre la misión Artemis II, el administrador de la NASA, Bill Nelson, afirmó que Estados Unidos está en una carrera con China y que no quieren que China llegue primero al Polo Sur de la Luna.

En China existe el Programa de Exploración Lunar o Proyecto Chang’e, en honor a la diosa china de la Luna Chang’e. Se trata de una serie de misiones robóticas, que ya están en curso, con el objetivo de llevar hasta la Luna orbitadores, módulos de aterrizaje, rovers y naves espaciales que permitan traer a la Tierra muestras de la superficie.

La primera nave espacial de este programa fue lanzado en octubre de 2007 y la última que regresó a la Tierra en diciembre de 2020 trajo muestras de la superficie.

Claro está que los planes para llevar astronautas y construir una estación lunar también ya están en desarrollo.

Recientemente el director de la Administración Nacional del Espacio de China, Shang Kejian, explicó que el objetivo es construir una estación de investigación científica en el Polo Sur de la Luna dentro de los próximos 10 años (2019-2029).

En marzo de este 2023 científicos de China publicaron un estudio sobre el descubrimiento de una reserva de toneladas de agua en la Luna.

Tras el análisis de las muestras de suelo lunar recolectadas en 2020 por la misión Chang’e-5, demostraron que las esferas de cristal encontradas en la superficie contienen moléculas de agua que habrían sido formadas por la acción del viento solar sobre la superficie.

¿Cómo planean llevar astronautas a la Luna? Recientemente expertos de la Agencia Espacial de China revelaron más detalles de cuál es el plan para llevar humanos a la superficie lunar. Para empezar, plantean que esto ocurra antes de 2030, a la par del objetivo de la estación de investigación.

Serán dos vehículos de lanzamiento los que van a llevar un módulo de aterrizaje a la Luna y una nave espacial tripulada a la órbita. Después los astronautas chinos ingresarán al módulo de aterrizaje y descenderán a la superficie. Ahí recolectarán muestras y llevarán a cabo una “exploración científica”, antes de regresar.

Tanto Estados Unidos como China planean pisar la superficie de nuestro satélite antes de 2030. ¿Quién llegará primero?

Así como Estados Unidos y China andan sacando la casta por regresar al satélite natural, Rusia también quiere entrarle. Recientemente acaban de lanzar una sonda llamada Luna-25.

El objetivo principal de la misión es probar nuevas tecnologías y explorar compuestos como el agua cerca del codiciado Polo Sur. Esta es la primera nave robótica que Rusia manda a la Luna.

Uno podría pensar que como no es una misión tripulada la tarea es más sencilla, pero no es verdad. Durante el pasado mes de abril la empresa japonesa ispase lanzó la misión Hakuto-R que tenía como objetivo llevar una sonda a la superficie de la Luna. Desafortunadamente la sonda se estrelló contra la superficie y perdieron la comunicación con Tierra.

Solo Estados Unidos, China y la propia Rusia han podido poner sondas en la superficie lunar.

La última vez que Rusia envió una sonda fue en 1976. En aquel entonces, cuando aún era la Unión Soviética, Luna-24 no solo aterrizó con éxito, sino que también trajo muestras de rocas lunares.

También hay planes de una estación espacial lunar. Aunque van un poco más atrás que Estados Unidos y China, Rusia también piensa en tener una estación espacial allá.

La cosa es que en este país, al menos por ahora, los planes de pisar la superficie están en papel porque no tienen un cohete lunar ni una nave. Lo que sí se sabe es que tendrán que meterle al acelerador porque ya se viene el desmantelamiento de la Estación Espacial Internacional.

El 14 de julio pasado la Agencia India de Investigación Espacial (ISRO) lanzó su tercera misión de exploración lunar: Chandrayaan-3.

Se trata de un módulo de aterrizaje y el Rover Pragyan. Se espera que llegue a la superficie, en un región cercana al Polo Sur, el 23 de agosto próximo.

Anteriormente los rumores apuntaban a que habría una colaboración de la India con Japón para poder llega al Polo Sur de la Luna. Decían que India pondría el módulo de aterrizaje mientras que Japón le iba a entrar con el lanzador y un rover.

La misión Chandrayaan-3 tiene 3 objetivos claros: demostrar las capacidades de exploración del rover en la superficie, realizar experimentos científicos con elementos del suelo, agua y demás disponibles en la superficie, además de conseguir un aterrizaje seguro, suave y “perfecto”.

Esta misión queda bastante cerca que la rusa.

Ispace se convirtió en la primera empresa privada en el mundo que intentó llevar una sonda a la Luna.

El 11 de diciembre de 2022 lanzaron desde Cabo Cañaveral la sonda Hakuto-R en un cohete de SpaceX. Dentro iban dos rovers de Emiratos Árabes Unidos y de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón. Planeaban alunizar en el cráter Atlas.

Después de varias horas de pura tensión, los directivos anunciaban visiblemente afectados que habían perdido la comunicación con la sonda. Posteriormente confirmaron que se había estrellado contra la superficie.

Si bien las otras potencias mundiales plantean la construcción de estaciones espaciales de investigación en la superficie, en Japón sí que están pensando en grande.

“Imagine la Luna apoyando la construcción, la energía, la adquisición de acero, las comunicaciones, el transporte, la agricultura, la medicina y el turismo… Creemos que para el 2040 la Luna tendrá una población de 1000 habitantes, con 10 000 personas visitando cada año“, se lee en el sitio web de ispace.

Están hablando de Moon Valley, una colonia humana con todas las de la ley. Pero ojo, este es un proyecto privado.

El Instituto de Ciencia Espacial y Astronáutica de Japón (ISAS) de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) planeó una misión de penetración lunar a la que llamó LUNAR-A, pero se terminó hasta enero de 2007 por problemas técnicos. La cancelaron años después.

En septiembre de 2008 lanzaron un explorador lunar llamado Kaguya o SELENE, con el objetivo de recopilar datos sobre el origen y la evolución de la Luna. Entró el órbita lunar en octubre de 2007 y en junio de 2009 se estrelló contra la superficie.

Desde entonces digamos que ha estado colaborando con otros países y empresas para contribuir a la exploración lunar.

Éramos espectadores, ahora vamos a ser participantes, es un gran paso para México”, dijo el entonces canciller mexicano Marcelo Ebrard al anunciar que México participaría en el programa de exploración espacial lunar Artemis de la NASA.

Por ejemplo del proyecto COLMENA, desarrollado por jóvenes de la UNAM, probado en el Instituto de Ciencias Nucleares y presentado por la Agencia Espacial Mexicana.

El proyecto Colmena está compuesto por 5 micro robots mexicanos que se desplegarán sobre la superficie de la Luna y se conectarán electrónicamente a un panel que pueda genera energía.

Los micro-robots pesan menos de 60 gramos y miden 12 centímetros de diámetro cada uno.

¿Cómo van a llegar hasta la Luna? Los robots ya están instalados y están esperando ser lanzados dentro de la nave Peregrine Lunar Lander, de la empresa estadounidense Astrobotic.

La misión Peregrine Lunar Lander transportará cargas útiles científicas y de otro tipo a la Luna. Los objetivos son estudiar la atmósfera lunar, las propiedades térmicas, la abundancia de hidrógeno, los campos magnéticos, en entorno de radiación y probará paneles solares avanzados.

Con información de Sopitas

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¿Qué es la Marea Roja?

La marea roja es un fenómeno que suele ocurrir en los océanos que tocan tierra mexicana, por lo que hay consecuencias para la salud de las personas que hay que tomar en cuenta.

Pero, ¿qué es la marea roja?

La marea roja es un fenómeno cíclico que tiene que ver con el movimiento del agua del océano generado principalmente por las corrientes, las cuales se les conoce como “surgencias”, ;as cuales son un movimiento de aguas profundas más frías que llegan a la superficie y que se origina por la interacción de los vientos y la rotación de la Tierra, pero también tiene que ver con la temperatura.

Este fenómeno ocurre por lo general durante la época de lluvias que generan movimientos entre ríos y arroyos, lo que causa que los océanos reciban grandes depósitos de agua con elevadas concentraciones de fósforo, calcio, carbono y nitrógeno, por lo que se convierte en un ambiente propicio para microorganismos productores de toxinas en el mar.

Estos organismos, como el fitoplancton, se alimentan de otros organismos como el zooplancton, que a su vez también son alimentos de crustáceos y moluscos que sirven como comida para algunos tipos de peces, mismos que también son para el consumo humano.

Ahora, si el humano consume pescados y mariscos contaminados por microorganismos, estos pueden sufrir problemas de salud como disenterías y diarrea, hasta ocasionar incluso una parálisis en rostro y cuerpo.

También las toxinas ingeridas pueden terminar en el sistema neuronal, causando pérdida de memoria y afectar el sistema cognotivo.

Es por estas razones por las que las autoridades de salud piden a las personas que no consuman especies marinas durante esta temporada, en especial si estas son crudas, pues es probable que los tejidos de estos animales tengan toxinas que dañen a los humanos.

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¿Cuál es la temperatura máxima que soporta el cuerpo humano?

La Comisión Nacional del Agua (Conagua) informó sobre una segunda ola de calor que afectará a varios estados del país, por lo que la dependencia advirtió sobre posibles golpes de calor que pueden afectar a las personas.

Ante esta advertencia surge la duda, ¿cuál es la temperatura máxima que soporta el cuerpo humano?

De acuerdo a una investigación de Lewis Halsey de la Universidad de Roehampton, Inglaterra, la temperatura máxima a la que el cuerpo humano ya no se puede autorregular está entre los 40 y los 50 grados centígrados, por lo que el cuerpo humano puede soportar temperaturas máximas de 39 grados centígrados.

Según indica este estudio, una vez que el cuerpo alcanza esas temperaturas máximas se experimenta el “estrés, provocando náuseas, mareos, confusión, dolor de cabeza y desmayos.

Para conocer este resultado, se llevó a cabo un experimento en el año 2021 en el cual participan cuatro hombres y tres mujeres, esto con la finalidad de conocer el aumento de la tasa metabólica, el proceso con el que se mide que tanta energía consume el ser humano para seguir funcionando.

Ante esto, los resultados arrojaron que con cada persona el experimento fue diferente, pues su reacción al calor varió dependiendo a su edad, sexo y si se padecía algún trastorno médico, pues en algunas personas la tasa metabólica no aumentó a los 40 grados, pero si a los 50.

Con esto la investigación se enfocó en analizar el intervalo de temperaturas en el que la tasa metabólica (o sea la cantidad de energía mínima que necesita el cuerpo para realizar funciones básicas) puede seguir controlando la temperatura de nuestros órganos vitales sin consumir grandes cantidades de energía, a lo que se conoce como temperatura central.

Ahora, si el cuerpo humano llega a su temperatura máxima esto puede causar varios efectos peligrosos para la salud, llegando incluso a la muerte.

“Las proteínas del cuerpo empiezan a desnaturalizarse: dejan de funcionar, y los impulsos nerviosos no funcionan tan bien. El sistema nervioso es menos eficaz, y eso es integral para el cuerpo“, explica el científico y agrega que igual comenzaría a afectar al corazón.

“Si eso genera una arritmia y el corazón no bombea sangre con la misma eficacia por todo el cuerpo porque está ‘desincronizado’, eso podría causar niveles bajos de oxígeno. Si los niveles de oxígeno en el cerebro están indefensos, entonces tienes un verdadero problema“, indicó por último.

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Se disparan indicadores del cambio climático

Según la Organización Meteorológica Mundial, el año pasado registró un alarmante incremento en los indicadores del cambio climático: emisiones de gases de efecto invernadero, aumento de la temperatura y del nivel del mar, acidificación de los océanos, disminución de la capa de hielo de la Antártida y derretimiento de los glaciares. Este año, continúa la tendencia preocupante, con temperaturas del mar persistentemente elevadas, confirmando las predicciones de los científicos climáticos.

Francisco Estrada Porrúa, investigador del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, advierte que este fenómeno, aunque esperado, está progresando a un ritmo sorprendente. El aumento de temperatura, exacerbado por eventos climáticos extremos como El Niño, representa una amenaza inminente, acercándonos peligrosamente al límite crítico establecido por el Acuerdo de París.

La principal causa del cambio climático sigue siendo la masiva emisión de gases de efecto invernadero por actividades humanas. Estrada Porrúa subraya que este fenómeno complica enormemente los desafíos globales, como el hambre cero, al afectar la producción agrícola y la biodiversidad. En México, el impacto es evidente: la temperatura ha aumentado a un ritmo alarmante, afectando la disponibilidad de recursos hídricos y provocando cambios significativos en los patrones de lluvia.

El informe “Estado y perspectivas del cambio climático en México: un punto de partida”, publicado por el Programa de Investigación en Cambio Climático y el Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, revela que el país se está calentando a un ritmo más acelerado que el promedio mundial, con consecuencias devastadoras para la agricultura, la biodiversidad y la economía.

Las ciudades, especialmente, sufren los impactos combinados del calentamiento global y el calentamiento local causado por la urbanización. Estrada Porrúa destaca que urbes como la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey enfrentarán pérdidas económicas significativas debido a este fenómeno.

Sin embargo, revertir o controlar el cambio climático es un desafío complejo. Estrada Porrúa enfatiza que, aunque se pueden mitigar los efectos, no existe una solución definitiva. Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero es fundamental, pero las tendencias actuales muestran un aumento preocupante en estas emisiones, tanto a nivel global como en México.

El investigador advierte sobre la urgencia de tomar medidas más serias frente al cambio climático. A pesar de los esfuerzos de investigación, persisten lagunas de información y falta de recursos para abordar adecuadamente este problema. Los desastres naturales extremos, como el huracán Otis, son solo un ejemplo de las consecuencias devastadoras que podemos esperar si no actuamos con determinación.

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