Kosmos 482: La cápsula soviética que regresa a la Tierra 53 años después de su lanzamiento

Una reliquia de la carrera espacial de la Guerra Fría está a punto de hacer un dramático regreso. Kosmos 482, la fallida misión soviética a Venus que nunca abandonó la órbita terrestre, podría impactar contra nuestro planeta en los próximos días, según advierten astrónomos y agencias espaciales.

Una misión fallida con consecuencias duraderas

Lanzada en marzo de 1972 desde Kazajistán (entonces parte de la URSS), la nave tenía como objetivo aterrizar en Venus. Sin embargo, un fallo en el cohete la dejó atrapada en órbita terrestre. Mientras la mayor parte de la estructura se desintegró en la década siguiente, su cápsula de aterrizaje –una esfera de 1 metro de diámetro y 500 kg de peso– ha seguido circulando alrededor de la Tierra durante 53 años, perdiendo altura gradualmente.

¿Dónde y cuándo caerá?

Los cálculos actuales sugieren que el reingreso ocurriría:

• Fecha estimada: alrededor del 10 de mayo de 2025
• Posibles zonas de impacto: desde el norte de Londres hasta Edmonton (Canadá) o incluso el Cabo de Hornos (Chile)
• Velocidad de impacto: 242 km/h, comparable a la de un meteorito pequeño

Aunque el escudo térmico de la cápsula probablemente resistirá la reentrada, los expertos dudan que sus paracaídas de emergencia sigan siendo funcionales tras décadas de exposición al vacío espacial.

¿Debemos preocuparnos?

El científico neerlandés Marco Langbroek relativiza el peligro: “El riesgo es similar al de la caída de meteoritos, que ocurre varias veces al año. Estadísticamente, es más probable que te alcance un rayo”. No obstante, la naturaleza impredecible de su trayectoria final mantiene en alerta a agencias de vigilancia espacial.

Este incidente revive el debate sobre la basura espacial histórica: se estima que más de 36,000 objetos de origen humano orbitan nuestro planeta, muchos de ellos sin control. Kosmos 482 se convertirá en uno de los artefactos más antiguos en hacer un reingreso no planificado, recordándonos que los vestigios de la Guerra Fría aún pueden caer literalmente del cielo.