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Acusaciones y polémicas rodean al Delegado Estatal de Programas Sociales en Chihuahua
En medio de un clima de tensión política y soledad tras su ruptura con Ariadna Montiel, el Delegado Estatal de Programas Sociales ha experimentado una radicalización en sus posturas.
Buscando congraciarse con los miembros de Morena, ha lanzado una feroz arremetida contra la gobernadora, María Eugenia Campos Galván. El Delegado financió la creación y el mantenimiento de un chat llamado “El Jefazo”, administrado por el periodista Alfredo Hernández, mayormente compuesto por empleados del programa gubernamental.
Estos individuos pasan el día laboral propagando rumores infundados y difamaciones contra Maru Campos, con el objetivo de socavar su reputación.
El monero contribuye a la causa, pagado por Juan Carlos Loera de la Rosa, utilizando una tarjeta de prensa y despensas que incluyen alimentos básicos, similar a lo que solía hacer el PRI en el pasado. El periodista ha intentado acercarse al Estado para negociar contratos, pero ha sido rechazado debido a su baja calidad moral y sus intentos de extorsión hacia varios funcionarios, incluido al titular de la Fiscalía General del Estado.
Ha pasado de ser priísta a panista, y al día siguiente se ha convertido en un monero chairo, defendiendo a capa y espada a la Cuarta Transformación siempre y cuando haya beneficios en forma de tarjetas y despensas.
Loera da instrucciones y líneas de acción atormentado por su derrota electoral en 2021, una derrota que nunca podrá superar, y ahora enfrenta la desgracia de haber engañado y traicionado a Ariadna Montiel, además de enfrentar acusaciones de violencia física hacia mujeres con las que ha mantenido una relaciones sentimentales.
En respuesta a estas declaraciones, el diputado federal Salvador Alcántar y quien fuera dirigente estatal de los usuarios de riego, expresó su descontento y afirmó que Loera se ha convertido prácticamente en el enemigo de los agricultores.
Alcántar mencionó: “Aquí no nos quiere: todavía dice que nosotros somos los malos y, bueno, nos atribuye una serie de lindezas que, en mi opinión, no son coherentes con nuestras acciones”. Además, considera que los políticos de Morena están buscando radicalizar las posturas en la región y anticipa que, cuando Loera venga a pedir el voto, serán rechazados rotundamente.
En relación a las declaraciones emitidas por Juan Carlos Loera de la Rosa, el delegado de Programas de Bienestar en Chihuahua, el Gobierno del Estado emitió una respuesta contundente.
Gobierno señaló que el intento de Loera de llamar la atención y acusar sin fundamentos al exgobernador Javier Corral de estar detrás de las manifestaciones de los productores agrícolas en la región centro-sur en el conflicto de las presas, es tardío y desafortunado.
Contrario a lo que afirma el funcionario federal, durante todo el periodo de conflicto, el exgobernador Corral, sus colaboradores y los propios productores buscaron el diálogo con los funcionarios federales pertinentes, incluyendo la Comisión Nacional del Agua, la Secretaría de Relaciones Exteriores y el propio Presidente de la República.
A lo largo del año, Loera no contribuyó en absoluto a establecer este diálogo tan necesario, a pesar de ser el representante del Gobierno Federal en Chihuahua. Su ausencia y silencio han sido notorios, especialmente cuando se requería un canal institucional para dicho diálogo.
Loera de la Rosa acusó de manera sospechosa a aquellos que precisamente buscaron resolver la problemática por los medios institucionales, mientras él ha estado ausente. En lugar de brindar ayuda, sus declaraciones no solo no aportan nada, sino que también enrarecen aún más el ambiente político.
Todo esto pudo estar motivado por su deseo de posicionarse como candidato de Morena para el Gobierno de Chihuahua, o por algún otro motivo desconocido para el público en general.
No sorprende que alguien que ha dado la espalda a los productores y al pueblo de Chihuahua reproduzca las mentiras y el tono insidioso del Presidente de la República, en un acto de servilismo político.
Es lamentable el papel que juega Loera, buscando congraciarse con el presidente, pero es una lástima que sus esfuerzos no le servirán de nada, ya que la gente no olvidará su traición.
En otro orden de eventos, la regidora Ana Estrada, quien aparentemente fue pareja sentimental del candidato a gobernador Juan Carlos Loera, lo ha señalado en varias ocasiones a través de las redes sociales como un “golpeador de mujeres”.
Un video que circula en las redes sociales desde hace algunos meses muestra a un miembro cercano de su equipo maltratando a una mujer. Estas acusaciones han generado un debate sobre el comportamiento y el trato que el candidato del partido Morena tiene hacia las mujeres.
Estos rumores, sumados a las declaraciones de la regidora del mismo partido, sugieren que el candidato tiene un carácter explosivo y ha atacado a sus compañeras de trabajo en varias ocasiones desde su posición como delegado del Bienestar en el estado de Chihuahua.
Incluso se afirma que golpeó a Ana Estrada, como ella misma ha publicado en Facebook. Aunque no ha habido una declaración oficial al respecto, las expresiones de la diputada en las redes sociales parecen confirmar estas acusaciones.
Estos eventos ocurrieron en medio del escándalo protagonizado por el candidato a gobernador de Zacatecas por el partido Morena, David Monreal, hermano del Senador Ricardo Monreal.
David Monreal admitió en una entrevista al noticiero de Ciro Gómez Leyva en RadioFormula haber tenido un “roce involuntario” con la candidata a la Presidencia Municipal de Juchipila, Roció Moreno. Esta situación ha generado un debate sobre el comportamiento de los integrantes de Morena hacia las mujeres y sus actitudes de abuso.
Sorprendentemente, la bancada de Morena en San Lázaro rechazó solicitar el desafuero del diputado federal Benjamín Saúl Huerta, quien está acusado de abusar de un menor de 15 años.
Esta negativa ha generado indignación y cuestionamientos sobre la postura del partido respecto a la protección de los derechos de las mujeres y la aplicación de la justicia.
Estos sucesos, que involucran a diferentes miembros del partido Morena en escándalos y acusaciones relacionadas con la violencia y el maltrato hacia las mujeres, plantean un serio cuestionamiento sobre la integridad y los valores éticos de dicha organización política, así como sobre la necesidad de garantizar la protección y la equidad de género en todos los niveles del gobierno y la sociedad.