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Búsqueda de migrantes desaparecidos no se detiene por la pandemia de COVID-19

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Pese a la pandemia, un grupo de búsqueda y rescate de migrantes conocido como Armadillos no para de trabajar.

“Nosotros podemos ser la diferencia entre la vida y la muerte”, comenta César Ortigoza mientras busca en el desierto de Baja California señales de auxilio o restos de personas que perdieron la vida en su intento por lograr el sueño americano.

En el desierto, la deshidratación hace aún más extenuante el peregrinar migrante, por eso, el equipo de Armadillos va preparado y carga mochilas repletas de agua, refrescos, comida, medicamentos y objetos de primeros auxilios para sus integrantes y para las personas que se desplazan en busca de un futuro prometedor.

El recorrido que realizan los Armadillos puede durar varios días. Acampan en el desierto y caminan más de 40 kilómetros.

Los hermanos Ortigoza, César y Alex, han hecho búsqueda y rescate por más de 10 años con diferentes grupos y organizaciones, pero fundaron el grupo Armadillos el 26 de octubre de 2015 en San Diego, California.

Iniciaron llevando alimentos y ropa a personas en tránsito que se encontraban en una situación vulnerable en Tijuana y Mexicali; en 2018 comenzaron a hacer búsquedas de migrantes desaparecidos en Estados Unidos y se unieron con organizaciones dedicadas al rescate.

“Ahora nos hemos familiarizado con el área, porque las rutas son las mismas. La persona con la que comenzamos ya tenía mucho tiempo haciendo esta clase de búsquedas y sabía por dónde caminar y por dónde llevarnos; después nos separamos y nosotros comenzamos por nuestra propia cuenta”.

En 2019, el grupo Armadillos implementó una forma binacional de trabajar con México.

Familias de México, Nicaragua, Honduras, El Salvador y Colombia han contactado a la organización solicitando apoyo para la localización o identificación de una persona desaparecida.

Cada vez que los Armadillos salen a caminar por el desierto de Arizona, también llamado de Sonora, hallan cuerpos expuestos, a los que buscan dar identidad para que regresen con sus familiares, pero a veces no son reconocidos o reclamados. En lo que llevan trabajando han encontrado alrededor de 50 restos humanos y 30 personas con vida, de las que 15 fueron repatriadas a México o a naciones de Centroamérica.

“Tenemos salidas largas que duran dos días y sabemos que lamentablemente vamos a encontrar cuerpos, pero para eso estamos, para tratar de cerrar este ciclo con las familias que están buscándolos y poder repatriarlos a sus lugares de origen.

“Cuando los localizamos con vida les preguntamos qué quieren hacer: si nos dicen que quieren seguir, les brindamos atención para que continúen su camino, pero si se quieren entregar, le hablamos a la patrulla fronteriza y nos quedamos con ellos para asegurarnos que sus derechos humanos no sean violados”.

A César le ha tocado ver cuerpos que presentan un fuerte desgaste en las plantas de los pies de tanto andar.

Un joven salvadoreño que fue localizado por el grupo pudo ser identificado de inmediato porque murió abrazando sus documentos de identidad; sus pies tenían múltiples heridas y se podía ver el hueso calcinado.

El grupo ha encontrado alrededor de 50 restos humanos

Los Armadillos revisan el área esperando hallar una identificación o artículos que puedan ayudar a reconocer a la persona.

“De los restos que hemos encontrado, 50% eran de mexicanos y el otro 50% eran de centroamericanos. En muchas ocasiones estamos en un lugar donde no tenemos recepción de teléfono y lo que hacemos es tomar un punto con el GPS. Cuando salimos del área, mandamos todo el reporte con las autoridades y ellos se encargan de levantar los restos.

“Muchas de las veces es muy deficiente la ayuda de los forenses y de las autoridades. El cuerpo que se encontró el 10 de octubre lo levantaron una semana después y para nosotros ese tiempo es crucial, porque sabemos que entre más tiempo pase el cuerpo ahí, es posible que la fauna lo despedace y sea más difícil la identificación y la recuperación de los restos completos”.

Antes de partir hacia el muro fronterizo, la principal indicación que reciben los voluntarios miembros de los Armadillos es un llamado a mantenerse hidratados durante el camino, ya que la falta de agua puede traer complicaciones severas; también es necesario racionar el líquido y no beber agua en exceso, porque puede causar malestar estomacal. La advertencia sobre la fauna del lugar tampoco falta, puesto que el desierto es un lugar difícil de transitar.

“Antes de salir a una búsqueda tenemos que hacerle saber a la patrulla fronteriza en qué área vamos a estar trabajando para evitar problemas y que nos estén cuestionando. En el tiempo que llevamos sólo nos han detenido dos veces con preguntas de rutina sobre la documentación y la razón por la que estamos ahí”.

En febrero, el equipo de Armadillos acompañó a la Quinta Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas en Veracruz y en octubre se unió a la Segunda Brigada Estatal de Búsqueda de Personas Desaparecidas de Baja California, planeando para esta última una búsqueda binacional en ambos lados del muro, misma que fue frustrada por falta de autorización de los agentes fronterizos.

Ello llevó a la organización a realizar en suelo mexicano sus actividades de la mano de familias de personas no localizadas provenientes de diferentes partes de la República mexicana.

Bajo el lema de “Ni un migrante menos”, los Armadillos tratan de proteger y defender los derechos de este sector.

Con información de El Universal