El camino hacia un nuevo Papa: así se desarrollará el Cónclave tras la muerte de Francisco

Con el fallecimiento del Papa Francisco, la Iglesia Católica inicia uno de los procesos más solemnes y secretos de su historia: la elección de un nuevo pontífice. Este ritual, conocido como Cónclave, sigue una tradición milenaria con protocolos estrictos. A continuación, los detalles de este proceso que captará la atención de los 1.300 millones de católicos en el mundo.

1. La congregación de los cardenales

Los 117 cardenales electores (menores de 80 años) han sido convocados a Roma para tres propósitos clave:

• Asistir a los funerales del Papa Francisco.
• Participar en los nueve días de duelo oficial (novendiales).
• Iniciar el proceso de elección del sucesor.

Estos “príncipes de la Iglesia” —entre los que hay arzobispos de grandes sedes y líderes de dicasterios vaticanos— son los únicos autorizados para votar. Provenientes de los cinco continentes, deberán alcanzar un consenso en medio de un escrutinio global.

2. El Cónclave: aislamiento bajo llave

El término “Cónclave” (del latín cum clave, “bajo llave”) refleja su naturaleza hermética:

• Los cardenales se encierran en la Ciudad del Vaticano, sin contacto con el exterior.
• Se revisan minuciosamente la Capilla Sixtina y el Domus Sanctae Marthae (su residencia durante el proceso) para evitar dispositivos de espionaje.
• La tradición exige secreto absoluto: cualquier infiltrado o filtración implica excomunión.

Este formato, establecido en el siglo XIII, buscaba originalmente acelerar decisiones mediante presiones como la reducción de alimentos. Hoy, su objetivo es evitar interferencias políticas.

3. La votación: humo blanco o negro

El ritual en la Capilla Sixtina es de precisión litúrgica:

• Cada cardenal escribe su voto en una papeleta con la frase “Eligo in Summum Pontificem…” (“Elijo como Sumo Pontífice a…”), disimulando su letra.
• Las papeletas se depositan en un cáliz y se cuentan. Si ningún candidato alcanza los 77 votos (dos tercios), se queman con químicos para producir humo negro.
• Tras una elección exitosa, el humo blanco emerge de la chimenea, visible en la Plaza San Pedro. Las papeletas se cosen con hilo y se archivan en los Archivos Secretos.

4. “Habemus Papam”: el anuncio final

El momento culminante ocurre en el balcón central de la Basílica de San Pedro:

• El cardenal protodiácono proclama en latín: “Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus Papam!”.
• El elegido viste por primera vez la túnica blanca (ajustada por el sastre papal) y ofrece su primer mensaje y bendición Urbi et Orbi.

Un proceso en la mira global

Este Cónclave será histórico: no solo sucede tras el pontificado reformista de Francisco, sino en un contexto de desafíos como la secularización y las divisiones internas. Mientras Roma se prepara, el mundo aguarda una señal: el humo que definirá el futuro de la Iglesia.