Internacional
El poder absoluto del ayatolá Jamenei: claves para entender al líder supremo de Irán en medio de la crisis con Israel

En el centro de la escalada bélica entre Irán e Israel se encuentra una figura octogenaria que concentra más poder que cualquier presidente o general: el ayatolá Ali Jamenei, líder supremo de Irán y blanco declarado del gobierno de Benjamin Netanyahu. Pero, ¿cómo un título religioso se convirtió en sinónimo de poder absoluto en el país persa?
De erudito islámico a comandante en jefe
El término ayatolá (en árabe, “señal de Dios”) designa a las máximas autoridades del chiismo, la rama mayoritaria del islam en Irán. Sin embargo, Jamenei —de 86 años— trasciende ese rol: como líder supremo, controla el ejército, la política exterior, el programa nuclear y hasta la moral pública, un cargo único en el mundo que heredó en 1989 tras la muerte del fundador de la República Islámica, Ruhollah Jomeini.
Su ascenso no fue casual. Perseguido y torturado bajo el régimen prooccidental del sha Reza Pahlavi (1941-1979), Jamenei se unió a la Revolución Islámica que derrocó la monarquía. Tras el triunfo, escaló rápidamente: de jefe de la Guardia Revolucionaria a presidente (1981-1989) y finalmente a la cúspide del poder.
El sistema iraní: teocracia con rasgos democráticos
Irán tiene elecciones y un presidente (actualmente Ebrahim Raisi), pero el verdadero poder reside en Jamenei, quien:
- Nombra a los jefes militares y judiciales.
- Aprueba candidatos presidenciales.
- Controla los Guardianes de la Revolución (el poderoso brazo armado del régimen).
- Decide sobre el programa nuclear.
Este sistema híbrido —donde la religión y el Estado son inseparables— se consolidó con la Constitución de 1979, que otorga al líder supremo autoridad “por designio divino”.
¿Por qué Israel lo señala?
El primer ministro Netanyahu ha vinculado abiertamente la “amenaza nuclear iraní” con Jamenei. “Sin él, el régimen colapsaría”, declaró esta semana, tras los ataques israelíes a instalaciones y científicos iraníes. Analistas coinciden en que eliminar al líder supremo sería un objetivo estratégico para desestabilizar a Teherán, aunque Washington ha descartado esa opción “por ahora”.
Legado y desafíos
Jamenei ha sobrevivido a sanciones económicas, protestas masivas (como las de 2022 por la muerte de Mahsa Amini) y ahora a una guerra abierta con Israel. Su salud —se rumora que padece cáncer— y la falta de un sucesor claro añaden incertidumbre sobre el futuro de Irán.
Mientras, su sombra se alarga sobre Oriente Medio: desde el apoyo a grupos como Hezbolá hasta la influencia en Yemen e Irak. En palabras de un diplomático europeo: “Entender a Jamenei es entender la geopolítica de la región”.
