Internacional
¿Trump “regalará” a Putin una parte del territorio de Ucrania a Rusia?
La elección de Donald Trump como nuevo presidente de Estados Unidos ha generado inquietud en Europa, especialmente en Francia y Alemania, sobre el futuro de la relación transatlántica y el apoyo a Ucrania en su conflicto con Rusia. En declaraciones públicas, los ministros de Exteriores de ambos países, Jean-Noel Barrot (Francia) y Annalena Baerbock (Alemania), expresaron preocupaciones sobre las posibles posturas de la administración Trump en política exterior.
El ministro francés, Jean-Noel Barrot, señaló que no considera probable que Trump “regale” a Rusia la anexión de Ucrania, que describió como “la mayor anexión territorial en 75 años en Europa”. En entrevista con France 24, Barrot expresó su confianza en que Trump no avalará una política que “consagre la ley del más fuerte”, una decisión que, dijo, tendría graves repercusiones en el orden mundial. Además, Barrot mencionó que, dada la debilitada posición de Rusia —con una economía asfixiada y elevados tipos de interés—, el mandatario estadounidense podría mantener una postura cautelosa hacia Putin.
En relación con la OTAN, Barrot sugirió que es probable que Trump desvíe la atención de Washington de la defensa europea, lo que incrementaría la necesidad de que la Unión Europea avance en autonomía en materia de seguridad. Barrot también advirtió sobre la amenaza de nuevos aranceles de Trump, que, según él, impactarían negativamente tanto a Europa como a los consumidores y empresas estadounidenses.
Por su parte, la ministra alemana de Exteriores, Annalena Baerbock, subrayó que cualquier acuerdo de paz en Ucrania debe incluir a los europeos y a los propios ucranianos en la mesa de negociaciones. Durante su intervención en el Foro de Política Exterior en Berlín, Baerbock expresó escepticismo sobre posibles negociaciones de paz impulsadas por Trump con otros actores, enfatizando que “no habrá paz en Europa si los europeos no están en la mesa de negociaciones”.
Baerbock también hizo un llamado a reforzar el gasto en defensa en Europa, apuntando a la meta del 3% del PIB como un objetivo crucial para la estabilidad y seguridad del continente. Además, insistió en la importancia de involucrar a actores no europeos cercanos a Rusia en cualquier proceso de paz, para lograr un acuerdo que inspire confianza y seguridad en la región.
Ambos ministros coincidieron en que, a pesar de los desafíos, Europa debe mantenerse firme en su apoyo a Ucrania, y resaltaron que la paz es una prioridad compartida en ambos lados del Atlántico, aunque con enfoques divergentes.