El Gacetillero
Destruirán un McLaren de un hombre que quiso evadir impuestos al comprarlo
Un espectacular McLaren 620R tendrá el peor de los finales: será destruido por una aplanadora, que lo pasará por arriba, acabará con su vida útil y lo mandará al desguace. El motivo: una avivada de su dueño, que quiso ahorrarse unos mangos y terminó perdiendo una cifra altísima.
La historia tiene lugar en Filipinas, donde el Gobierno no tiene piedad a la hora de castigar a los ciudadanos que incumplen con las reglas impositivas. Es uno de los países de mayor rigor a la hora de hacer cumplir las leyes.
La cuestión es que el comprador de este McLaren 620R lo importó como si fuera un Porsche Cayman; es decir, llegó al puerto con la etiqueta de la marca alemana. Acá está la clave: los impuestos del Cayman eran de aproximadamente 26.000 euros, un 10 por ciento de lo que tendría que haber pagado por el 620R, que en ese país vale 571.000 euros y, por ende, tributaba 275.000 euros.
Toda esta movida para ahorrarse cerca de 250.000 euros en impuestos salió mal porque el contenedor en el que arribó al país fue seleccionado para control y los agentes de la aduana se dieron cuenta de la trampa.
Ahora, el vehículo quedó incautado por un delito de fraude del propietario. Y la Oficina de Aduanas lo puso a disposición del Ejecutivo, que dictará el final trágico para esta imponente bestia de 620 caballos de potencia de la cual se produjeron apenas 225 unidades.
No será la primera vez que en Filipinas destrozarán autos de lujo a fin de promulgar el respeto por las leyes impositivas y dar un mensaje a la sociedad. Tiempo atrás, el Gobierno de ese país transmitió por TV la destrucción de modelos de Porsche, Ferrari, Lamborghini, BMW y Mercedes-Benz, entre otras marcas. En ese entonces, fueron 76 vehículos por un valor de 5,5 millones de dólares.
Con información de Agencias