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Internacional

La monja que desafió el protocolo: la emotiva despedida de la hermana Geneviève al papa Francisco

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En medio de la rigurosa ceremonia de despedida al papa Francisco, una escena inesperada conmovió a los presentes. Sor Geneviève Jeanningros, una religiosa de 81 años conocida por su cercanía al pontífice, rompió el protocolo y se acercó al féretro para orar en silencio, con lágrimas en los ojos, mientras cardenales y obispos guardaban fila. Nadie se atrevió a interrumpirla.

La monja, perteneciente a las Hermanitas de Jesús y cargando una mochila, fue durante décadas una figura clave en el trabajo pastoral de Francisco con comunidades marginadas: desde mujeres transexuales hasta feriantes de Ostia, en las afueras de Roma. El propio papa la llamaba cariñosamente “l’enfant terrible” por su incansable labor entre los excluidos.

Una vida dedicada a los marginados

Desde hace 56 años, sor Geneviève ha sido un puente entre el Vaticano y quienes viven al margen de la sociedad. Cada miércoles, llevaba a grupos de personas LGBTQ+, muchas de ellas trabajadoras sexuales, a las audiencias generales del papa. Durante la pandemia, su intervención fue crucial: junto al párroco Andrea Conocchia, logró que el cardenal Konrad Krajewski, limosnero papal, enviara ayuda a decenas de feriantes y transexuales sin recursos.

“Algunas eran sudamericanas, sin trabajo ni comida. El papa las recibió, y hasta rezó por una de ellas, Claudia, que fue asesinada poco después”, relató la religiosa a medios vaticanos.

El histórico encuentro en Ostia

Su tenacidad hizo historia el 31 de julio de 2024, cuando convenció a Francisco de visitar el parque de atracciones de Ostia para reunirse con los feriantes, un gesto sin precedentes que reflejaba su estilo pastoral cercano a los más vulnerables.

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