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Legisladores de Texas presionan a EE.UU. para que exija a México cumplir con tratado de aguas de 1944

Legisladores de Texas están impulsando una iniciativa para que la administración del presidente Donald Trump incluya en las negociaciones comerciales con México una exigencia clara: que el país cumpla con el Tratado de Aguas de 1944, que establece la distribución del líquido entre ambas naciones. Esta demanda surge en medio de una grave escasez de agua que afecta al sur de Texas, generando pérdidas millonarias y amenazando la estabilidad económica de la región.
Crisis hídrica y sus impactos económicos
La congresista estatal demócrata Erin Elizabeth Gámez, representante de un distrito con una población mayoritariamente hispana (94.2%), alertó sobre las consecuencias económicas derivadas del incumplimiento de México con el tratado. “El año pasado, una planta de azúcar en el Valle se vio obligada a cerrar debido a los niveles insuficientes de agua”, señaló Gámez. Según cálculos de la Universidad Texas A&M, la falta de agua para la irrigación ha causado pérdidas anuales de aproximadamente 993 millones de dólares en la región.
Gámez respalda un decreto presentado esta semana por el senador estatal republicano Adam Hinojosa, que urge al gobierno de la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum a cumplir con el acuerdo bilateral. El documento destaca que México no ha cumplido con sus obligaciones en las últimas tres décadas, lo que ha provocado el cierre permanente del único ingenio azucarero de Texas en 2024 y una reducción significativa en la producción agrícola.
Presión política y propuestas legislativas
El decreto de Hinojosa, que cuenta con apoyo bipartidista, exige al Departamento de Estado de EE.UU. y a la Comisión Internacional de Límites y Aguas que tomen medidas para garantizar que México cumpla con el tratado. Además, señala que México ha expandido la producción agrícola en el estado de Chihuahua utilizando volúmenes de agua que exceden lo acordado, lo que ha reducido el suministro para Texas y generado graves repercusiones económicas y ambientales.
Por su parte, el senador republicano Charles Perry propuso condicionar el comercio entre México y EE.UU. al cumplimiento del tratado de aguas. “Condicionar el comercio a la entrega de agua podría beneficiar a los agricultores del Valle de Texas, quienes enfrentan serias dificultades por la sequía”, sugirió Perry, según informó The Texas Tribune. Perry también presentó un proyecto de ley para modernizar la infraestructura hídrica del estado, incluyendo la construcción de sistemas para transportar agua y controlar inundaciones.
En la misma línea, el legislador republicano Cody Harris impulsó una iniciativa que destinaría hasta mil millones de dólares anuales al Fondo de Agua de Texas, creado en 2023 para financiar proyectos hídricos.
Expertos advierten sobre los límites del tratado
Aunque los legisladores texanos buscan presionar a México, expertos como Rosario Sánchez, investigadora del Instituto de Recursos Hídricos de Texas, advierten que el tratado de 1944 no considera las condiciones actuales de la cuenca. “El problema radica en que el tratado fija volúmenes invariables mientras la cuenca está comprometida más allá de sus límites”, explicó Sánchez.
México, por su parte, aún no ha respondido formalmente a las demandas de Texas. La presidenta Sheinbaum indicó que esperará hasta el 2 de abril, fecha en la que EE.UU. tiene previsto imponer aranceles a productos metálicos mexicanos, antes de decidir sus acciones. “Esperaremos a ver si necesitamos implementar medidas recíprocas”, declaró.