Politica
Sheinbaum elige la diplomacia frente a las provocaciones de Eric Trump

Con un tono mesurado y calculado, la presidenta Claudia Sheinbaum respondió este miércoles a las recientes declaraciones belicosas de Eric Trump, hijo del mandatario estadounidense, quien días atrás afirmó que Estados Unidos podría “decapitar a México en cuatro segundos” en caso de un hipotético conflicto. Durante su conferencia matutina, la mandataria mexicana optó por no engancharse en la polémica, priorizando en cambio preservar el clima de diálogo construido con la administración Trump.
La postura conciliadora de Sheinbaum se produjo justo un día después de sostener una llamada telefónica de 20 minutos con el presidente Donald Trump, conversación que describió como “muy buena” y en la que ambos líderes abordaron temas clave como comercio, seguridad y migración. “Prefiero no entrar en esos comentarios”, dijo la presidenta al ser cuestionada sobre las palabras de Eric Trump, añadiendo que no deseaba “afectar este buen momento” en las relaciones bilaterales.
El controvertido comentario del hijo del presidente estadounidense había surgido durante el lanzamiento de Trump Mobile, un nuevo servicio de telefonía de la familia Trump. Al hacer una analogía con el conflicto entre Irán e Israel, Eric Trump aseguró que su país respondería con contundencia ante cualquier amenaza. “Si México disparara misiles contra Estados Unidos, sería decapitado en cuatro segundos”, declaró, generando inmediato revuelo en redes sociales y medios mexicanos.
Pese a la gravedad de la afirmación, Sheinbaum optó por minimizar el incidente, limitándose a señalar que el comentario hacía referencia a la cercanía geográfica entre ambas naciones. La mandataria incluso compartió un momento de aparente cordialidad con el presidente Trump, revelando que este se había disculpado por cancelar su reunión bilateral durante la cumbre del G7 en Canadá, donde el republicano abandonó abruptamente las negociaciones para atender la crisis en Medio Oriente. “Me invitó a pasar por Washington, pero le dije que tenía mucho trabajo aquí”, comentó entre risas.
Analistas políticos coinciden en que la respuesta medida de Sheinbaum refleja una estrategia deliberada para evitar escalar tensiones con la administración Trump, especialmente en un contexto donde México busca consolidar un acuerdo bilateral más amplio que cubra seguridad, comercio y protección a migrantes. La próxima visita del secretario de Economía, Marcelo Ebrard, a Washington este viernes será la primera prueba de fuego para esta delicada diplomacia.
Mientras tanto, el episodio ha reavivado debates sobre el tono de las relaciones México-Estados Unidos. Sectores empresariales han aplaudido la contención presidencial, destacando la importancia de proteger los más de 780 mil millones de dólares en comercio bilateral anual. Por el contrario, voces opositoras critican lo que perciben como una excesiva condescendencia frente a declaraciones consideradas una afrenta a la soberanía nacional.
El incidente ocurre en un año electoral clave para ambos países: mientras Trump busca consolidar apoyo para las legislativas de noviembre, Sheinbaum enfrenta el desafío de mantener estabilidad económica sin ceder ante presiones externas. En este escenario, su aparente decisión de no morder el anzuelo de las provocaciones trumpistas podría interpretarse tanto como pragmatismo político como como una cuidadosa estrategia de largo plazo.
Expertos en seguridad, por su parte, han salido al paso de las declaraciones de Eric Trump, señalando que subestiman las capacidades de defensa mexicanas. “El planteamiento ignora por completo la complejidad geopolítica y militar de la relación bilateral”, afirmó el general retirado y analista José Luis Calderón.
Con la sombra de anteriores amenazas trumpistas (como los aranceles del 35% a automóviles mexicanos en 2024) aún presente, el gobierno de Sheinbaum parece haber aprendido que, en la diplomacia con Washington, a veces el silencio puede ser el mensaje más elocuente.
