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Trump evalúa intervención militar contra Irán: decisión en las próximas dos semanas

El gobierno de Donald Trump se encuentra ante una de las decisiones más cruciales de su administración: si Estados Unidos se suma militarmente al conflicto entre Israel e Irán. La vocera presidencial Karoline Leavitt anunció este jueves que el mandatario tomará una determinación en los próximos catorce días, mientras la región vive su séptima jornada de escalada bélica con centenares de víctimas y un apagón informativo en territorio iraní.
La declaración oficial llegó en medio de crecientes especulaciones sobre un posible involucramiento directo de Washington. “El presidente evaluará si intervenimos militarmente basándose en el desarrollo de las negociaciones potenciales con Irán”, explicó Leavitt durante la conferencia de prensa vespertina en la Casa Blanca. La portavoz recalcó que la postura de Trump sigue siendo inequívoca: “Irán jamás debe poseer armas nucleares”, una posición que ha mantenido por más de una década.
El anuncio se produce en un contexto de extrema tensión. Fuentes del Pentágono confirmaron a este medio que ya se han elaborado planes de contingencia que incluyen ataques aéreos contra instalaciones nucleares iraníes. Estos escenarios, sin embargo, dependerían de que las conversaciones diplomáticas —cuya existencia misma permanece en duda— fracasen en las próximas jornadas.
Mientras tanto, el conflicto sigue cobrando vidas. Aunque las cifras oficiales hablan de 224 muertos, organizaciones humanitarias advierten que el número real podría ser significativamente mayor, especialmente en Irán, donde el gobierno ha impuesto un férreo control informativo. Las autoridades islamistas no solo han cortado el acceso a internet en gran parte del país, sino que han prohibido tajantemente fotografiar o filmar las zonas afectadas por los bombardeos israelíes.
Desde Tel Aviv, el primer ministro Benjamin Netanyahu agradeció públicamente el “firme respaldo” de la administración Trump, aunque evitó comentar directamente sobre la posibilidad de una intervención estadounidense. Analistas políticos interpretan esta cautela como señal de que Israel preferiría manejar la crisis por sus propios medios, al menos en esta fase.
El reloj sigue corriendo para la Casa Blanca. Con el plazo de dos semanas establecido, Trump deberá sopesar no solo las consecuencias geopolíticas de una guerra abierta contra Irán, sino también el impacto en su campaña de reelección. Fuentes cercanas al Departamento de Estado revelaron que el secretario Antony Blinken ha estado realizando llamadas urgentes a sus contrapartes europeos y árabes, buscando construir un frente diplomático que evite la escalada.
Mientras la comunidad internacional contiene el aliento, la población civil paga el precio más alto. En ciudades como Isfahán (Irán) y Haifa (Israel), miles de familias han comenzado a huir hacia zonas rurales, creando una crisis humanitaria que las agencias de la ONU ya califican de “catastrófica”. Hospitales en ambas naciones reportan escasez crítica de suministros médicos, particularmente en unidades de quemados y traumatología.
Este viernes, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas celebrará una sesión de emergencia para abordar la crisis. Sin embargo, pocos esperan resultados concretos, dado el histórico bloqueo entre las potencias con derecho a veto. Lo que sí parece claro es que las próximas dos semanas podrían redefinir el mapa geopolítico de Medio Oriente para las próximas décadas.
