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AMLO se despide, pero antes firma reformas de la Guardia Nacional y de pueblos indígenas
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha promulgado dos reformas constitucionales clave en los últimos días de su mandato. La primera oficializa la militarización de la Guardia Nacional, consolidando su control bajo la Secretaría de la Defensa Nacional, una medida que ha sido objeto de amplio debate en el país. La segunda reforma reconoce los derechos de los pueblos indígenas, un paso significativo hacia la inclusión y protección de estas comunidades históricamente marginadas. Estas reformas representan los últimos decretos de López Obrador, cuyo gobierno concluye este lunes.
Durante su última conferencia matutina en el Palacio Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador firmó frente a los medios dos importantes reformas constitucionales. “Yo quiero para terminar firmar aquí frente a ustedes las publicaciones de dos reformas constitucionales de las 20 iniciativas de reforma que envié al Congreso (el 5 de febrero pasado)”, declaró el mandatario.
La primera reforma, la más controvertida, otorga al Ejército el control de la Guardia Nacional, un cuerpo de seguridad creado en 2019 por López Obrador, quien inicialmente había prometido mantenerlo bajo mando civil. Esta medida ha generado críticas, especialmente por quienes consideran que profundiza la militarización de la seguridad pública en México.
El presidente Andrés Manuel López Obrador defendió la reforma que transfiere el control de la Guardia Nacional al Ejército, subrayando su importancia para la seguridad pública del país. “Es una institución para garantizar la seguridad pública y esta institución ya tiene 130 mil elementos y se construyeron 500 instalaciones, cuarteles, y es una institución acreditada para proteger a los ciudadanos”, afirmó el mandatario. Según López Obrador, el fortalecimiento de la Guardia Nacional con apoyo militar busca consolidar su capacidad operativa y mejorar su eficacia en la protección de la población frente al crimen organizado y otros desafíos de seguridad.
La oposición, asociaciones civiles y organismos internacionales expresaron su preocupación durante la discusión de la iniciativa, aprobada la semana pasada, advirtiendo sobre una posible “militarización” de la vida pública en México y el riesgo de violaciones a los derechos humanos. Sin embargo, el presidente López Obrador defendió la medida, argumentando que el control del Ejército sobre la Guardia Nacional garantizará una clara “frontera” entre las autoridades y el crimen organizado. Según el mandatario, esta reforma es esencial para evitar que la delincuencia penetre las estructuras de seguridad, asegurando una mayor efectividad en la protección de los ciudadanos.
El presidente Andrés Manuel López Obrador destacó que, gracias a la reforma, la Guardia Nacional pasará a formar parte de la Secretaría de la Defensa Nacional, lo que, según él, fortalecerá la institución. “Le va a dar solidez, permanencia, disciplina y manejo honesto, sobre todo el que no se vincule a la delincuencia organizada ni a la delincuencia de cuello blanco”, afirmó el mandatario. López Obrador defendió que este cambio garantizará una mayor integridad y eficacia en la lucha contra el crimen.
La segunda iniciativa promulgada por el presidente reconoce, por primera vez, a los 68 pueblos originarios de México como sujetos de derecho público, con personalidad jurídica y patrimonio propio. Esta reforma obliga a realizar consultas previas sobre cualquier proyecto que afecte a sus comunidades y declara a México como una “nación multiétnica”, en la que 23 millones de personas se identifican como indígenas. “Es algo que tiene que ver con el México profundo, con los derechos de los pueblos indígenas. Se garantizan los derechos a todas las comunidades, a todos los pueblos originarios, a la verdad más íntima de nuestro país”, explicó López Obrador, subrayando la importancia de esta medida para la protección y reconocimiento de las comunidades indígenas del país.
Este martes, el presidente Andrés Manuel López Obrador entregará oficialmente el cargo a Claudia Sheinbaum, quien ha manifestado su intención de continuar con el legado de su predecesor. Entre sus principales compromisos, Sheinbaum ha prometido impulsar las reformas constitucionales pendientes propuestas por López Obrador. Estas incluyen la eliminación de los reguladores autónomos y la reestructuración del Instituto Nacional Electoral (INE), dos iniciativas que han generado amplios debates en el país. Sheinbaum buscará consolidar estas reformas durante su administración, dando continuidad a la visión de transformación impulsada por el presidente saliente.