Internacional
Bolivia celebra elecciones generales en jornada clave

on la apertura de 34,026 mesas electorales a las 8:00 h locales, Bolivia inició este domingo una jornada histórica para elegir a su próximo presidente, vicepresidente y renovar el Parlamento en medio de un clima de expectativa y desafíos institucionales.
El presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Óscar Hassenteufel, destacó que estos comicios –que coinciden con el bicentenario de la independencia boliviana– son “los más importantes de la historia contemporánea”, pese a reconocer que el proceso enfrentó “dificultades mayores que las elecciones pandémicas de 2020”.
El organismo electoral informó que 7.5 millones de votantes están habilitados en el país y otros 369,308 en el exterior, aunque estos últimos solo podrán elegir al binomio presidencial. El voto es obligatorio en Bolivia, y quienes no sufraguen no podrán realizar trámites públicos o bancarios durante los 90 días posteriores a los comicios.
Para garantizar transparencia y evitar acusaciones como las que desataron la crisis política de 2019, el TSE implementó el Sistema de Transmisión de Resultados Preliminares (Sirepre). Hassenteufel admitió que “algunos poderes fácticos” intentaron afectar el proceso, aunque aseguró que el órgano electoral mantuvo su independencia.
Un tema que generó controversia fue la prohibición de celulares en las cabinas de votación, medida tomada tras denuncias de que funcionarios públicos eran presionados a fotografiar sus papeletas para demostrar su voto a ciertos candidatos. El TSE aclaró que el escrutinio final sí será público y permitirá tomar fotos de las actas.
El proceso cuenta con la supervisión de 14 misiones internacionales, incluidas las de la Unión Europea y la OEA, además de cinco delegaciones nacionales. Para ganar en primera vuelta, un candidato necesita más del 50% de los votos o al menos 40% con una ventaja de 10 puntos sobre el segundo lugar.
Estas elecciones marcan un momento crucial para Bolivia, que busca cerrar un ciclo marcado por la anulación de los comicios de 2019 -que derivó en la renuncia de Evo Morales-, la gestión de Luis Arce en un escenario de crisis económica, y una sociedad profundamente dividida entre el oficialismo del MAS y una oposición fragmentada.