Cese al fuego entre Rusia y Ucrania se rompe horas después de ser anunciado

El frágil acuerdo de cese al fuego entre Rusia y Ucrania, anunciado tras una llamada entre los presidentes Donald Trump y Vladimir Putin, colapsó casi de inmediato. Horas después de que ambos líderes acordaran una moratoria en los ataques a infraestructura energética, las alarmas de ataques aéreos resonaron en Kiev, marcando el inicio de una nueva escalada de violencia.

Ataques rusos en Kiev

Según reportes de The Guardian, Rusia lanzó un ataque masivo contra Ucrania, utilizando 45 drones kamikaze y misiles tierra-aire S-300. Entre los daños reportados se encuentra un incendio en infraestructura crítica de la capital ucraniana, Kiev. Este ataque se produjo a pesar del supuesto compromiso de Putin de suspender los ataques contra instalaciones energéticas, uno de los puntos clave del acuerdo alcanzado con Trump.

El acuerdo que nunca fue

Aunque inicialmente se difundió que Putin había aceptado un cese al fuego de 30 días, más tarde se aclaró que el acuerdo era más limitado. El presidente ruso solo se comprometió a una moratoria en los ataques contra objetivos energéticos e infraestructura, pero este compromiso parece haber sido ignorado casi de inmediato. “Las palabras de Putin son muy diferentes de la realidad”, declaró el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, quien justificó la continuación de la ofensiva ucraniana como una respuesta a las acciones rusas.

Ucrania también continuó sus operaciones militares, lanzando drones contra un depósito petrolero en la región de Krasnodar, en territorio ruso. Este ataque refleja la falta de confianza entre ambas partes y la dificultad de alcanzar un acuerdo duradero en medio de un conflicto que ya lleva más de un año.

Llamado a la comunidad internacional

Zelenski aprovechó la ocasión para reiterar su llamado a la comunidad internacional, especialmente a Estados Unidos, para que incremente su apoyo a Ucrania. “Necesitamos más ayuda para defendernos”, afirmó el mandatario ucraniano, quien ha insistido en que la seguridad de su país depende en gran medida del respaldo militar y financiero de sus aliados.

La rápida ruptura del cese al fuego subraya las profundas tensiones y la desconfianza mutua entre Rusia y Ucrania, así como los desafíos de lograr una solución diplomática al conflicto. Mientras tanto, la población civil sigue pagando el precio más alto, con infraestructura destruida y vidas perdidas en medio de una guerra que parece lejos de terminar.