Internacional
Declaran culpable al atacante de Salman Rushdie, autor de Los Versos Satánicos

Hadi Matar, el hombre que atacó al reconocido autor Salman Rushdie en 2022 durante una conferencia en Nueva York, fue declarado culpable de intento de asesinato en segundo grado y agresión en segundo grado. La sentencia, que se dará a conocer el próximo 23 de abril, podría condenar a Matar a hasta 25 años de prisión. Además, el acusado enfrenta cargos adicionales por presuntamente brindar apoyo material a Hezbolá, organización considerada terrorista por varios países.
El ataque, que duró apenas 27 segundos pero dejó secuelas permanentes en Rushdie, ocurrió mientras el autor de Los versos satánicos participaba en un evento cultural. Matar lo atacó con un cuchillo, hiriéndolo 12 veces. A pesar de la gravedad del hecho, la defensa de Matar argumentó que su cliente no tenía la intención de matar a Rushdie, alegando que no utilizó un arma más letal, como una pistola o una bomba, y que no atacó órganos vitales.
“Se le juzga por intento de asesinato debido a la notoriedad de la presunta víctima (…) Es con fines publicitarios, hay un interés propio detrás de todo esto”, declaró Nathaniel Barone, abogado defensor de Matar, en un intento por minimizar la gravedad de los cargos.
Las Secuelas del Ataque
Salman Rushdie, quien sobrevivió al ataque casi de milagro, vive ahora con un parche en el ojo y ha perdido la movilidad en una de sus manos. Su testimonio durante el juicio fue fundamental para la condena de Matar. Rushdie relató con detalle los 27 segundos que cambiaron su vida para siempre, así como el largo y doloroso proceso de recuperación que siguió al ataque.
El autor, ganador de múltiples premios literarios, llevaba años bajo amenaza debido a la publicación de Los versos satánicos en 1988. La obra, considerada blasfema por el ayatolá de Irán, llevó a que se emitiera una fatwa (decreto religioso) ordenando su ejecución. Esta amenaza obligó a Rushdie a vivir escondido durante años, bajo protección constante, ya que la orden no se limitaba a territorio iraní, sino que teóricamente cualquier chiita en el mundo podía cumplirla.