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Trump enfrenta crisis de credibilidad con su base de seguidores por manejo del caso Epstein

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El presidente Donald Trump libra una batalla inesperada contra su propio movimiento político. Lo que comenzó como teorías conspirativas alimentadas desde la oposición ahora se ha convertido en un boomerang que amenaza su relación con los seguidores más radicales de su base.

Según información confirmada, el Departamento de Justicia emitió hace una semana un comunicado donde niega categóricamente la existencia de la famosa “lista de clientes” de Jeffrey Epstein. Esta declaración contradice directamente afirmaciones previas de la secretaria de Justicia Pam Bondi, quien en febrero aseguró tener documentos relacionados con el caso “sobre su escritorio”.

La reacción en las bases trumpistas no se hizo esperar. Figuras influyentes como Jack Posobiec han elevado el tono de sus críticas, comparando la opacidad del caso Epstein con los escándalos de los Clinton. En la reciente Cumbre de Acción Estudiantil de Turning Point USA, Posobiec juró no descansar hasta obtener respuestas, haciendo un paralelo directo con las investigaciones del comité del 6 de enero.

Trump intentó contener el incendio con un mensaje en Truth Social donde se refirió al fallecido Epstein como “un tipo que nunca muere”, buscando minimizar el escándalo. Sin embargo, la estrategia resultó contraproducente. Sus seguidores más radicales interpretaron el comentario como un intento de enterrar el asunto y respondieron con memes virales que preguntan “¿Dónde está la lista?”

Analistas políticos señalan la ironía de la situación. Matt Dallek, profesor de la Universidad George Washington, explica: “Trump pasó años avivando teorías sobre élites corruptas. Ahora que está en el poder, su base espera que cumpla sus promesas de transparencia”. El caso Epstein se ha convertido en la prueba de fuego que podría definir la lealtad de su electorado más comprometido en este año electoral.

Mientras tanto, dentro del gobierno se reportan tensiones entre Bondi y el subdirector del FBI Dan Bongino sobre cómo manejar el tema. Fuentes cercanas a la Casa Blanca sugieren que Trump preferiría cerrar este capítulo, pero la presión continua de su base y los medios conservadores hace cada vez más difícil esa opción.

El fantasma de Epstein, seis años después de su muerte, sigue acechando la política estadounidense. Lo que comenzó como un arma electoral contra las élites demócratas se ha convertido ahora en un problema de credibilidad para el mismo presidente que prometía “drenar el pantano”. La pregunta que resuena en Washington es si Trump podrá controlar el monstruo que ayudó a crear.

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