Economía
Trump evalúa bajar aranceles agrícolas para aliviar tensiones comerciales con México y Canadá

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está considerando eximir de aranceles a ciertos productos agrícolas provenientes de Canadá y México, en un intento por reducir las tensiones comerciales con sus dos principales socios comerciales. Esta posible medida se suma a la decisión anunciada este miércoles de posponer por un mes la aplicación de aranceles a las importaciones de automóviles desde ambos países, tras fuertes presiones de la industria automotriz estadounidense.
La secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, confirmó que la administración está evaluando exenciones específicas para productos clave como la potasa y los fertilizantes, insumos esenciales para la producción agrícola en Estados Unidos. “Todo está sobre la mesa”, declaró Rollins en una entrevista con Bloomberg News. “Tenemos esperanzas de poder brindar alivio al sector agrícola. Confiamos en el liderazgo del presidente en esto”.
La reunión en la Casa Blanca, en la que participaron Rollins y otros funcionarios, se llevó a cabo un día después de que Trump impusiera aranceles del 25% a las importaciones de Canadá y México. Estas medidas forman parte de una estrategia más amplia para aumentar los ingresos fiscales y fomentar la relocalización de la manufactura en territorio estadounidense. Sin embargo, la decisión ha generado preocupación entre diversos sectores económicos, tanto en Estados Unidos como en sus vecinos.
Presión de la industria y riesgos económicos
La Casa Blanca anunció además que los fabricantes de automóviles tendrán un mes de gracia antes de que entren en vigor los nuevos aranceles a las importaciones de vehículos desde México y Canadá. Karoline Leavitt, secretaria de prensa, explicó que esta decisión responde a las solicitudes de las empresas asociadas al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Juan Carlos Anaya, director general del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), señaló que la pausa en los aranceles se debe, en parte, a la presión de distribuidores, restaurantes y autoservicios que enfrentan una menor demanda debido al aumento de precios. “México es el mayor comprador de maíz, trigo, soya, arroz, cerdo, pollo y leche de Estados Unidos. Si México decide tomar represalias, el impacto sería severo”, advirtió Anaya.
Por su parte, la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA) de México alertó que los aranceles podrían tener “graves repercusiones” para al menos 12 productos del campo, incluyendo aguacate, tomate y berries. “Esto es un suicidio para la seguridad alimentaria de México”, afirmó la UNTA, quien también advirtió sobre el riesgo de desempleo para más de 200 mil jornaleros agrícolas.
Riesgos macroeconómicos y advertencias de expertos
César Ocaña, director de NexusAgronegocios, subrayó que los aranceles podrían desencadenar una recesión en el sector rural mexicano, afectando exportaciones por más de 54 mil millones de dólares. “México enfrenta una crisis económica de gran magnitud si no se toman medidas inmediatas”, afirmó, y urgió a diversificar mercados y fortalecer la producción interna.
Fitch Ratings, por su parte, advirtió que los nuevos aranceles estadounidenses del 25% impuestos a los bienes mexicanos, junto con las incertidumbres en torno a las relaciones comerciales, “empeoran significativamente el entorno empresarial para las empresas mexicanas, exacerbando las preocupaciones macroeconómicas y amenazando las perspectivas de deslocalización de México”.
En un análisis, la firma calificadora de riesgo crediticio precisó que los sectores diversificados de la industria y el automóvil se verán afectados de manera más directa, y los emisores que ya tienen perspectivas de calificación negativas serán los más vulnerables. “Una recesión interna cada vez más probable afectaría ampliamente a otros sectores corporativos, como la construcción de viviendas, la construcción y el comercio minorista discrecional”, señaló.
Paul Ashworth, economista jefe para América del Norte de Capital Economics, consideró que la exención de un mes para la aplicación de aranceles a las firmas automotrices es una “decepción” frente a las expectativas de un alivio más amplio. “Esto no resuelve el problema de fondo y deja a las empresas en un limbo”, afirmó.