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El Vaticano implementa “apagón digital” sin precedentes para blindar el cónclave papal

En una operación de seguridad sin paralelo en la historia moderna de la Iglesia, el Vaticano desactivará desde este martes toda su red de telefonía móvil y confiscará los dispositivos electrónicos de los 133 cardenales electores, como parte de un protocolo draconiano para garantizar el absoluto secretismo durante el cónclave que elegirá al sucesor del papa Francisco.
Operación “Silencio Sagrado”
Según confirmó el portavoz Matteo Bruni, las medidas incluyen:
- Desactivación total de torres celulares y radiofrecuencias en los 0.44 km² del Estado Vaticano desde las 15:00 h del 7 de mayo.
- Confiscación obligatoria de teléfonos, tablets y dispositivos inteligentes de los cardenales, que serán almacenados en la Casa Santa Marta.
- Inhabilitación de cámaras y sensores en la Capilla Sixtina, donde ocurrirán las votaciones.
“Ni siquiera las redes italianas penetrarán nuestro perímetro”, advirtió Bruni, recordando que en 2013 se usaron inhibidores de frecuencia, pero esta vez el bloqueo será integral.
El costo del secretismo
El protocolo, diseñado tras el “Vatileaks” de 2012 (cuando documentos confidenciales fueron filtrados), establece:
⚠ Excomunión inmediata para cualquier asistente (desde enfermeros hasta electricistas) que revele detalles del proceso.
⚠ Aislamiento total: Los purpurados dormirán en áreas restringidas y solo podrán comunicarse entre sí.
⚠ Vigilancia reforzada: 150 miembros de la Guardia Suiza custodiarán los accesos.
Impacto logístico
Mientras la Plaza San Pedro mantendrá conexión a internet para peregrinos y prensa, dentro del Vaticano:
✖ Servicios esenciales (hospital, bomberos) operarán con radios de onda corta.
✖ Medios vaticanos (Radio Vaticano, L’Osservatore Romano) usarán líneas terrestres.
✖ Comercios y museos deberán suspender transacciones digitales.
Contexto histórico:
- En 2005, se detectaron micrófonos ocultos en la Sixtina.
- En 2013, hubo denuncias de intentos de hackeo a cardenales.
El “apagón” se mantendrá hasta que salga humo blanco de la chimenea, un mensaje ancestral que, en plena era digital, sigue siendo la única comunicación permitida con el mundo exterior.