Internacional
Suecia implementará prohibición nacional de celulares en escuelas a partir de 2026

El gobierno sueco anunció la implementación de una prohibición nacional del uso de teléfonos celulares en todas las escuelas del país, que entrará en vigor a partir del otoño de 2026. La medida, que aplicará para estudiantes entre 7 y 16 años, obligará a los alumnos a entregar sus dispositivos al ingresar a los centros educativos, pudiendo recuperarlos únicamente al finalizar la jornada escolar.
La decisión, respaldada por las autoridades educativas, tiene como objetivo principal mejorar la convivencia entre los estudiantes, fomentar la concentración en las aulas y garantizar un entorno escolar más seguro. Sin embargo, la prohibición llega en un momento en que, según estadísticas oficiales, el 80% de las escuelas en Suecia ya cuentan con regulaciones similares a nivel institucional, aunque con resultados dispares.
Medios locales como SVT Nyheter han documentado que muchas de estas prohibiciones existentes han sido eludidas sistemáticamente por los estudiantes, quienes recurren a métodos como entregar teléfonos falsos, fundas vacías o esconder dispositivos entre su ropa para mantener acceso a redes sociales y aplicaciones durante clases.
Una estudiante entrevistada por el canal público sueco confirmó estas prácticas: “Es fácil engañar al sistema. Simplemente dejamos algo que parezca un teléfono y nos guardamos el real”. Este comportamiento ha generado dudas sobre la efectividad de la nueva normativa, especialmente porque las autoridades escolares carecen de facultades legales para revisar mochilas o pertenencias personales de los alumnos —medida que se mantendrá incluso con la prohibición nacional—.
El Ministerio de Educación sueco reconoció los desafíos de aplicación, pero insistió en que la uniformidad de la regla en todo el territorio nacional enviará un mensaje claro sobre la importancia de limitar las distracciones digitales en el ámbito educativo.
Suecia se suma así a otros países como Francia y España, donde también se han establecido restricciones al uso de dispositivos móviles en centros educativos, en un esfuerzo global por recuperar la atención presencial y combatir problemas como el ciberacceso y la adicción tecnológica entre menores.
Queda por verse si la iniciativa —pionera por su alcance nacional— logrará cambiar hábitos profundamente arraigados o si, como temen algunos educadores, los estudiantes encontrarán nuevas formas de evadirla.