Amenaza Bolsonaro con reducir recursos a Educación si suspenden su veto a toallas sanitarias gratuitas

La semana pasada, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, vetó la distribución gratuita de toallas sanitarias, la cual ni siquiera se realizaría a todas las mujeres del país. El insumo higiénico sería distribuido entre mujeres y niñas en condiciones de vulnerabilidad.

Obviamente las protestas ante el veto al logro en derechos de las mujeres no tardó en llegar. De hecho, se prevé que el Congreso haga el requerimiento para que el polémico veto de Bolsonaro sea tumbado.

Pues bueno, eso lo acaba de advertir. En su programa semanal de YouTube, el presidente brasileño advirtió que si en el Congreso tiran el veto a la distribución gratuita de toallas sanitarias, lo aceptará, pero, los recursos requeridos saldrán de alguna parte, ¿no? En este detalle radica la venganza de Bolsonaro. Según amenazó, para conseguir los recursos disminuirá el presupuesto de los ministerios de Educación y Salud. Quizás más del primero o de los dos. Es impredecible.

“Es retirar un poquito de cada lugar. Estoy retirando porque soy esclavo de la ley. Si el Congreso derriba el veto (…) voy a conseguir los tampones”, advirtió el presidente al señalar que, fácil, se necesitará quitar a Educación unos 54.5 millones de dólares.

Tras el veto de Bolsonaro a la distribución de toallas sanitarias entre mujeres en situación de vulnerabilidad, la llamada “bancada femenina” del Congreso Nacional de Brasil señaló que articularía la suspensión de la medida presidencial.

Aunque Jair Bolsonaro asegura que sólo vetó ciertas partes de la ley contra la “pobreza menstrual”, las diputadas aclaran que únicamente dejó con vida lo correspondiente a las campañas informativas, pero no la entrega de toallas femeninas.

“Campaña informativa no paga toalla. No pone a la niña en la escuela”, denunció la legisladora Tabata Amaral, una de las coautoras del proyecto que haría que se distribuyeran toallas sanitarias (y otros insumos de cuidado básico) entre estudiantes de escasos recursos de escuelas públicas, así como entre mujeres en situación de calle o vulnerabilidad extrema. También entre reclusas.

Con información de Sopitas