Internacional
La Asamblea General de la ONU cierra su 80º periodo marcada por el aislamiento de Israel y las críticas de Trump

La 80ª Asamblea General de la ONU concluye formalmente este lunes 29 de septiembre, cerrando una semana intensa de debates que será recordada por el creciente aislamiento internacional de Israel y el incendiario discurso del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra el sistema multilateral que representa Naciones Unidas.
Aunque aún restan por intervenir algunos países este lunes, la mayoría de las delegaciones ya ha abandonado Nueva York, tras una semana de frenética actividad diplomática. Los principales líderes mundiales ya pronunciaron sus discursos y dejaron claro que el conflicto en Gaza y la cuestión palestina dominaron la agenda de esta edición.
Aislamiento de Israel y espaldarazo a Palestina
Uno de los momentos más simbólicos de la semana ocurrió el viernes, cuando decenas de delegaciones abandonaron la sala justo antes del discurso del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. La imagen del líder israelí hablando casi en solitario se convirtió en un reflejo del creciente malestar internacional ante la ofensiva militar de Israel en Gaza.
Este gesto de protesta se produjo pocos días después de que diez nuevos países –incluidos Reino Unido, Francia y Canadá– anunciaran oficialmente su reconocimiento del Estado de Palestina. Con ellos, ya son 157 los Estados miembros de la ONU que reconocen a Palestina, lo que representa el 81% del total.
Sin embargo, Netanyahu se mostró desafiante. Desde el estrado de la Asamblea, aseguró que Israel “nunca aceptará un Estado palestino”, al que calificó como “un suicidio político” para su país.
Críticas de aliados y advertencias humanitarias
Incluso países tradicionalmente cercanos a Israel marcaron distancia en esta ocasión. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, afirmó que Israel “ha traspasado un límite” en Gaza, mientras que el ministro de Exteriores alemán, Johann Wadephul, denunció que el enclave palestino se ha convertido en “un infierno en la Tierra” y “una pesadilla humanitaria”.
En total, 174 países intervinieron en esta Asamblea General y en la mayoría de los discursos se mencionó el conflicto en Gaza y la necesidad de avanzar hacia una solución basada en dos Estados.
Trump arremete contra la ONU… y luego recibe a sus críticos
Otra figura que acaparó la atención fue el presidente estadounidense, Donald Trump. En un discurso marcadamente hostil, arremetió contra los principios fundacionales de la ONU y cuestionó el valor del multilateralismo, criticando temas como la resolución pacífica de conflictos, la cooperación climática y la migración internacional.
Una de las imágenes más comentadas fue la del propio Trump y su esposa Melania atrapados en una escalera mecánica averiada a su llegada a la sede de la ONU. El mandatario aprovechó la situación para ironizar sobre los “fallos estructurales” de la organización, algo que reforzó con críticas mordaces durante su discurso ante una sala atónita pero en silencio.
Paradójicamente, más tarde esa misma jornada, Trump ofreció una recepción en un lujoso hotel neoyorquino a la que asistieron 145 líderes mundiales junto a sus cónyuges. A pesar de su discurso, muchos se apresuraron a posar con él para la tradicional foto de cortesía.
China lanza advertencia velada y se pronuncia contra el “bullying” global
Las ausencias también fueron notorias. Ni el presidente ruso, Vladimir Putin, ni su homólogo chino, Xi Jinping, acudieron a la cita. Tampoco lo hicieron líderes como Nicolás Maduro (Venezuela), Nayib Bukele (El Salvador), Keir Starmer (Reino Unido) ni Friedrich Merz (Alemania).
China estuvo representada por su primer ministro, Li Qiang, quien lanzó una advertencia velada desde la tribuna. “Si vuelve la era de la ley de la selva y los débiles son presa de los fuertes, la humanidad enfrentará más derramamiento de sangre”, declaró. En un claro mensaje sin destinatario explícito, pidió a la comunidad internacional que enfrente el “bullying” en lugar de optar por “el silencio y la sumisión por miedo a los poderosos”.
Una Asamblea que marca un punto de inflexión
Concluye así una Asamblea General que podría marcar un antes y un después en la política internacional hacia el conflicto en Medio Oriente y en la credibilidad del sistema multilateral. Las escenas vistas en Nueva York reflejan no solo un cambio de tono, sino una fractura evidente en las alianzas tradicionales y un nuevo impulso al reconocimiento del Estado palestino.
Mientras los discursos cesan y las delegaciones regresan a sus países, queda en el aire una pregunta: ¿qué vendrá después?