Internacional
La mayoría de los detenidos de la flotilla ‘Global Sumud’ aceptan la deportación tras ser trasladados a una prisión en el desierto

La gran mayoría de los más de 450 activistas detenidos tras el abordaje israelí a la flotilla ‘Global Sumud’ han aceptado ser deportados de inmediato, según informó este viernes un funcionario penitenciario. Los detenidos, de múltiples nacionalidades, se encuentran recluidos en la prisión de Saharonim, situada en el desierto del Néguev, cerca de la frontera con Egipto.
De acuerdo con las fuentes, los arrestados que han firmado la aceptación de su deportación serán trasladados en avión en un plazo de 48 horas. Por el contrario, aquellos que se han negado a salir voluntariamente deberán comparecer ante un juez, quien decidirá sobre una eventual expulsión forzosa, un proceso que podría prolongarse varios días más.
La situación en el centro de detención ha movilizado a los cuerpos diplomáticos de varios países. En el estacionamiento de la prisión se han avistado vehículos de embajadas como las de Alemania, Francia, Holanda, Jordania y Bahréin. Una fuente diplomática europea que visitó a sus nacionales confirmó que, aunque se encuentran en buen estado general, algunos sufren las condiciones extremas del desierto, con altas temperaturas y dificultades para dormir.
Mientras tanto, el equipo legal de la flotilla, representado por la organización Adalah, ha denunciado irregularidades en el proceso. Tres de sus abogadas esperaron durante horas para poder acceder a las vistas que deciden la prórroga de la detención, alegando que estas se estaban celebrando sin la presencia de defensa, lo que consideran una violación del derecho a un proceso justo.
La detención masiva se produjo tras una operación de 12 horas de la Armada israelí, que abordó los más de 40 barcos que formaban la flotilla con rumbo a la Franja de Gaza. Todos los detenidos fueron llevados inicialmente al puerto de Ashdod, donde fueron identificados y procesados por las autoridades migratorias antes de ser trasladados en autobús a la prisión de Saharonim, una instalación concebida para migrantes en situación irregular.
Entre los arrestados, solo cuatro parlamentarios y europarlamentarios italianos fueron deportados de forma inmediata, según confirmaron fuentes cercanas al caso. El resto permaneció recluido a la espera de resolver su situación legal, que ahora parece encaminarse hacia la deportación para la mayoría de ellos.