Internacional
Médicos Sin Frontera denuncia “asesinatos orquestados” en centros de ayuda humanitaria de Gaza

Un escalofriante informe de Médicos Sin Fronteras (MSF) expone una realidad macabra: los centros de distribución de alimentos de la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), creados para paliar la hambruna en el territorio asediado, se han convertido en escenarios de “asesinatos orquestados” por fuerzas israelíes. Los datos, recabados entre el 7 de junio y el 24 de julio de 2025, documentan al menos 22 muertes de civiles —la mitad del total de fallecimientos registrados en el periodo— ocurridas mientras las víctimas intentaban obtener comida.
Ejecuciones con “precisión anatómica”
El análisis forense de MSF no deja lugar a dudas: el 11% de las víctimas presentaba impactos de bala en cabeza o cuello (principalmente en Al Mawasi), mientras que el 19% fue alcanzado en pecho, abdomen o espalda (Jan Yunis). “Los patrones y la precisión anatómica sugieren ataques intencionales, no fuego indiscriminado”, señala el reporte. Entre los 1,380 pacientes atendidos, 28 murieron, incluidos 71 niños heridos por disparos —25 de ellos menores de 15 años—.
“Niños baleados en el pecho, multitudes acribilladas en estampidas, familias enteras aniquiladas. Esto no es guerra, es una carnicería sistemática”, denuncia Raquel Ayora, directora general de MSF, organización que califica estos hechos como “una violencia sin precedentes en sus 54 años de historia”.
Trampas humanitarias bajo control militar
La ironía es cruel: los centros de la GHF —una fundación estadounidense— operan en zonas bajo supervisión del ejército israelí, que tras meses de bloqueo permitió el ingreso de alimentos. Sin embargo, lejos de ser refugios, se han transformado en “laboratorios de crueldad”, según MSF. Testimonios recogidos describen cómo familias hambrientas envían a adolescentes a buscar comida, convirtiéndolos en blancos fáciles. “Son los únicos con fuerza para el viaje, pero regresan en bolsas negras”, relata un médico en terreno.
MSF exige el cierre inmediato
La organización ha demandado el cese de operaciones de estos centros, acusando a la GHF de complicidad tácita al mantener distribuciones en áreas militarizadas. “No es ayuda si termina en una masacre”, insiste Ayora. Israel no ha respondido a las acusaciones, pero fuentes militares citadas por medios locales alegan “respuesta proporcional a amenazas terroristas”.
Mientras la comunidad internacional calla, Gaza vive una paradoja mortal: los lugares que prometían salvar vidas ahora las exterminan. Con más de 1.4 millones de gazatíes al borde de la inanición —según la ONU—, MSF advierte que cada kilo de comida entregada bajo este sistema podría estar manchado de sangre.