Politica
México y Canadá refuerzan alianza binacional ante Mundial 2026 y aranceles de Trump

la presidenta Claudia Sheinbaum y el primer ministro canadiense Mark Carney acordaron ayer fortalecer su colaboración para el éxito de la Copa Mundial FIFA 2026, mientras ambos países enfrentan la amenaza de nuevos aranceles impuestos por Estados Unidos.
La conversación telefónica entre ambos mandatarios, continuación de su encuentro en la cumbre del G7 celebrada en Italia el mes pasado, destacó el compromiso de trabajar conjuntamente en la organización del evento deportivo. Sheinbaum enfatizó en sus redes sociales la importancia de “fortalecer la amistad entre nuestras naciones”, mientras Carney mostró públicamente el balón conmemorativo que recibió de la mandataria mexicana, señalando su entusiasmo por los preparativos compartidos.
Este acercamiento ocurre en un contexto económico delicado. El gobierno de Donald Trump ha anunciado la imposición de aranceles del 30% a productos mexicanos y del 35% a canadienses, medidas que entrarán en vigor el próximo mes. Ante esta presión comercial, ambos líderes reafirmaron su postura de defender el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), acuerdo que la administración estadounidense ha cuestionado repetidamente. “Existe consenso en la necesidad de respetar el marco del T-MEC”, declaró Sheinbaum durante su conferencia matutina.
En el ámbito deportivo, la distribución de partidos para el Mundial 2026 muestra una clara desproporción. Estados Unidos albergará 78 encuentros, incluyendo todas las fases finales a partir de cuartos, mientras México y Canadá compartirán equitativamente 26 partidos. En territorio mexicano, el Estadio Azteca albergará el partido inaugural más otros cuatro encuentros, el Akron de Guadalajara recibirá cuatro partidos de fase de grupos, y el BBVA de Monterrey será sede de otros cuatro compromisos. Canadá, por su parte, distribuirá sus 13 partidos entre los estadios de Toronto y Vancouver.
Analistas internacionales ven en este acercamiento una estrategia multifacética. Por un lado, busca crear una agenda positiva que contraste con las tensiones comerciales; por otro, pretende maximizar los beneficios económicos que el evento generará, estimados en alrededor de 5,000 millones de dólares para México. Además, fortalecería la posición negociadora de ambos países frente a Estados Unidos, utilizando el evento deportivo como elemento de cohesión diplomática.
Como siguiente paso, el canciller Marcelo Ebrard anunció que se desarrollará un plan integral de seguridad y movilidad para las sedes mexicanas, proyecto que podría incluir cooperación técnica con Canadá, demostrando cómo el megaevento deportivo se ha convertido en un eje de colaboración binacional que trasciende lo meramente deportivo.