Internacional
Trump presiona por el Nobel de la Paz mientras Noruega evalúa el costo de decir “no”

En el día del anuncio del Premio Nobel de la Paz 2025, Noruega se encuentra en una posición diplomática incómoda, enfrentando una presión sin precedentes por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien busca activamente el codiciado galardón. Según reportes, la agresiva campaña de Trump ha generado una preocupación tangible en el gobierno noruego sobre posibles represalias económicas si el comité independiente decide ignorar su solicitud.
El ambiente de tensión se vio exacerbado por una publicación en redes sociales de Eric Trump, hijo del mandatario, quien pidió a sus seguidores que respaldaran la candidatura de su padre. Casi al mismo tiempo, la cuenta oficial de la Casa Blanca en X se refería a Trump como “El Presidente de la Paz”. Fuentes diplomáticas indican que estas presiones no se limitan al ámbito público, sino que también se han trasladado a conversaciones privadas con altos funcionarios noruegos, incluyendo una llamada telefónica de Trump al ex secretario general de la OTAN y actual ministro de Finanzas de Noruega, Jens Stoltenberg.
Una presión considerada “inútil”
Frente a esta campaña, las respuestas desde Oslo han sido firmes. Jorgen Watne Frydnes, director del Comité Noruego del Nobel, señaló a los medios locales que la presión ha sido “inútil” y confirmó que la decisión para el premio de 2025 ya fue tomada el pasado lunes, antes del alto al fuego en Gaza anunciado esta semana. Esta declaración fue interpretada como una casi confirmación de que Trump no recibirá el premio este año. El comité, compuesto por cinco miembros designados por el parlamento noruego, guarda un hermetismo absoluto sobre sus deliberaciones, pero tiene un historial de rechazo a influencias externas.
El ministro de Asuntos Exteriores de Noruega, Espen Barth Eide, reiteró la separación constitucional que existe en el país: el gobierno no interfiere en las decisiones del comité del Nobel. Esta postura busca proteger la independencia del premio, aunque coloca al Estado noruego en la línea de fuego de un posible descontento de la administración Trump.
Los riesgos económicos en la mira
La preocupación en Noruega va más allá de lo diplomático. El país se encuentra actualmente en negociaciones comerciales con Estados Unidos, con la esperanza de reducir un arancel del 15%sobre sus exportaciones. Una decisión del comité que sea percibida como un desaire a Trump podría complicar estas tratativas.
Otra gran preocupación es el fondo soberano de Noruega, el más grande del mundo con un valor de 2 billones de dólares, del cual aproximadamente el 40% está invertido en Estados Unidos. Analistas políticos locales han especulado que la retribución de Trump –si llegara a producirse– podría tomar la forma de aranceles, demandas para que Noruega aumente sus contribuciones a la OTAN, o incluso declarar al país nórdico como un “enemigo”.
Escepticismo experto y favoritismo en apuestas
A pesar del ruido político, los expertos consideran que las posibilidades de Trump de ganar el Nobel son remotas. Nina Græger, directora del Instituto de Investigación para la Paz de Oslo (PRIO), explicó que el comité valora la promoción de la cooperación internacional, el desarme y la paz duradera, criterios con los que, en su opinión, el historial de Trump choca. “Su retórica no apunta a una perspectiva pacífica”, afirmó Græger, añadiendo que ceder a la presión política dañaría la reputación del comité.
Paradójicamente, y a pesar de este escepticismo, Donald Trump se había convertido en el favorito en las casas de apuestas antes del anuncio, según datos de Oddschecker. Sin embargo, las casas de apuestas se han equivocado frecuentemente en el pasado. Entre los otros candidatos más comentados se encuentran las Salas de Respuesta a Emergencias de Sudán, una red de ayuda voluntaria; Yulia Navalnaya, viuda del opositor ruso Alexéi Navalni; y el Comité para la Protección de los Periodistas.
Un capítulo más en una larga búsqueda
La obsesión de Trump con el Nobel de la Paz no es nueva. Durante años ha afirmado en múltiples ocasiones que merece el premio, a menudo citando su papel en acuerdos internacionales. “He puesto fin a siete guerras. Nunca me darán el Premio Nobel de la Paz. Es una lástima, porque lo merezco”, declaró recientemente ante una audiencia militar.