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El oscuro legado de Genaro García Luna: de superpolicía a condenado por narcotráfico

Genaro García Luna, quien fuera secretario de Seguridad Pública durante el gobierno de Felipe Calderón, fue declarado culpable en Estados Unidos por cargos de conspiración en el tráfico de drogas, enfrentando una condena que podría ir desde 10 años de prisión hasta cadena perpetua. Sin embargo, este veredicto solo refleja parte de las acusaciones que persiguen a quien alguna vez fue el hombre más poderoso en la lucha contra el narcotráfico en México. Su historia en las instituciones de seguridad mexicanas está llena de escándalos, montajes mediáticos y señalamientos de colusión con el crimen organizado.
Vínculos con el narcotráfico
Durante los juicios en Estados Unidos, tres narcotraficantes de alto perfil testificaron en contra de García Luna, acusándolo de recibir sobornos para proteger las actividades del narcotráfico. Édgar Valdez Villarreal, alias La Barbie, declaró que pagó directamente al exsecretario, mientras que Jesús “El Rey” Zambada afirmó haberle entregado 6.5 millones de dólares para evitar su arresto. Estas revelaciones refuerzan las sospechas de larga data sobre la conexión de García Luna con el Cártel de Sinaloa, un vínculo que también fue mencionado en el juicio de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Amenazas a periodistas
Anabel Hernández, periodista especializada en temas de narcotráfico, ha sido una de las voces más críticas de García Luna. Durante años, ha documentado sus presuntos nexos con la delincuencia organizada y su enriquecimiento ilícito. Hernández ha denunciado públicamente que García Luna la ha amenazado de muerte en repetidas ocasiones. “Genaro García Luna sigue empeñado en matarme”, declaró la periodista en una Feria del Libro, destacando los peligros que enfrentan aquellos que se atreven a exponer la corrupción en México.
El montaje de Florence Cassez
Uno de los mayores escándalos que marcó la gestión de García Luna fue el caso de Florence Cassez, una ciudadana francesa acusada de secuestro. La Agencia Federal de Investigación (AFI), fundada por el propio García Luna, organizó un montaje televisivo para dramatizar la captura de Cassez. Aunque fue detenida en un operativo real, la AFI simuló su arresto frente a las cámaras de Televisa. El montaje fue un fracaso y terminó con la liberación de Cassez por fallas en el debido proceso, desencadenando un conflicto diplomático entre México y Francia.
Negación de delitos en su corporación
A lo largo de su carrera, García Luna fue acusado en varias ocasiones de encubrir delitos cometidos por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y la AFI. En 2008, negó conocer a La Lore, la responsable de un falso retén en el que fue asesinado Fernando Martí, hijo del empresario Alejandro Martí. Más tarde se descubrió que ella era miembro activo de la AFI. En 2012, tardó días en admitir que una balacera en el Aeropuerto de la Ciudad de México había involucrado a policías federales traficando drogas. También fue cuestionado por ocultar detalles del ataque a una camioneta diplomática de Estados Unidos en Tres Marías, donde agentes federales dispararon contra personal estadounidense.
El montaje del secuestro de Rubén Omar Romano
El secuestro y posterior liberación del técnico de fútbol Rubén Omar Romano también dejó en evidencia las tácticas mediáticas de García Luna. Aunque la AFI había localizado a Romano mucho antes del operativo de rescate, se esperó a que las cámaras de TV Azteca estuvieran presentes para transmitir la liberación. Este tipo de maniobras puso en duda la prioridad de la agencia, que parecía más interesada en la cobertura mediática que en la seguridad de los ciudadanos.
Uso de recursos públicos para beneficiar a amigos
Otro de los escándalos que rodean a García Luna involucra el uso de agentes de la SSP como seguridad privada para las empresas de sus amigos. De acuerdo con una investigación de Univisión, los agentes participaban en lo que internamente llamaban “el proyecto secreto”, brindando servicios de seguridad bajo acuerdos ocultos. Empresas vinculadas a amigos del exfuncionario también accedían a información privilegiada mientras García Luna ocupaba su cargo.
Propiedades de lujo en Miami
Tras dejar el gobierno, García Luna se mudó a una lujosa casa en Miami, Florida, con un valor estimado en 4 millones de dólares, propiedad de uno de sus amigos empresarios. Más tarde, también se le vinculó a la renta de un penthouse de dos pisos en la misma ciudad, valorado en más de 2 millones de dólares. Estos bienes fueron adquiridos bajo circunstancias que apuntan a que sus lucrativas conexiones durante su gestión en la SSP continuaron beneficiándolo tras su salida del gobierno.
A medida que avanza su proceso judicial, su legado oscuro continúa desenmarañándose.