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Starbase, Texas: la ciudad corporativa de Elon Musk que ya es una realidad

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Lo que comenzó como un sueño espacial de Elon Musk es ahora una realidad legal: Starbase, el complejo de SpaceX en la costa texana, se convirtió oficialmente este mes en una ciudad incorporada bajo las leyes de Texas. La decisión, aprobada por solo 212 votantes —la mayoría empleados de la empresa—, consolida un experimento urbano sin precedentes: un municipio gobernado desde sus inicios por ejecutivos de una corporación privada.

Una ciudad “hecha a medida” para SpaceX

El nuevo estatus, ratificado por el condado de Cameron, convierte a Starbase en una ciudad tipo C de Texas, con autonomía para gestionar impuestos (hasta 1.5% a propiedades), servicios públicos y ordenanzas. El primer gobierno local estará encabezado por Bobby Peden, vicepresidente de SpaceX, junto a dos comisionados vinculados a la empresa, todos electos sin oposición.

“¡Starbase, Texas es ahora una ciudad real!”, celebró Musk en X, la red social que también controla. Pero detrás del entusiasmo hay preguntas incómodas: ¿Es esto democracia local o un company towndel siglo XXI?

El poder tras los cohetes

La incorporación no es solo un trámite. SpaceX busca mayor control sobre el territorio para expandir sus operaciones: actualmente negocia con el estado de Texas la autoridad para cerrar caminos durante lanzamientos —hoy gestionada por el condado—, lo que afectaría el acceso público a Boca Chica Beach, un área natural protegida.

“Es ceder derechos públicos a una empresa privada”, denuncia Eddie Treviño Jr., juez del condado. Activistas ambientales añaden otro reclamo: desde 2014, SpaceX ha sido multada por contaminación lumínica, vertido de aguas residuales y daños a humedales. En 2024, pagó $150,000 en sanciones, que la empresa atribuyó a “errores de papeleo”.

De desierto a ciudad corporativa

El contraste es radical: donde hace una década solo había matorrales, hoy hay plataformas de lanzamiento, viviendas para trabajadores y hasta una Memes Street (Calle de los Memes). Musk vive allí, y un busto gigante en su honor —ya vandalizado— simboliza la polarización que genera.

Aunque se estiman 500 residentes, solo 298 estaban registrados para votar. “¿Dónde quedó la voz de quienes no trabajan para SpaceX?”, cuestiona María Fernández, vecina de Brownsville afectada por cierres viales.

El modelo Musk: de California a Texas

Starbase es la punta de lanza de una estrategia mayor. Musk ha trasladado sedes de X (ex-Twitter) y The Boring Company a Texas, citando menos regulación y su rechazo a políticas progresistas californianas. Pero mientras otros proyectos suyos son parques industriales, Starbase es distinto: aquí la empresa controla desde el alumbrado público hasta la vivienda.

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